CEM alerta sobre un complicado momento para los migrantes
El actual embotellamiento de migrantes en la frontera de México con Estados Unidos está ocasionando problemas colaterales, asegura la CEM.
Frente a los recientes proyectos de ley para una reforma migratoria en Estados Unidos, que permitiría la regularización de numerosos migrantes, la Dimensión de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado en el que señala que la Iglesia ve con optimismo dichas medidas.
Migrantes: Colaborar entre todos para construir
Sin embargo -refiere el texto firmado por monseñor José Guadalupe Torres, responsable de dicha dimensión episcopal-, esto ha causado un optimismo exacerbado de la población migrante, especialmente de México y Centroamérica, con lo que se ha originado un embotellamiento de personas en la frontera norte de nuestro país, lo que a su vez está ocasionando otros problemas.
Uno de estos problemas -señala- es que, como muchas personas están intentando pasar de forma ilegal, son detenidos por las autoridades estadounidenses y regresados de manera inmediata a México, sin el debido proceso y sin importar su nacionalidad ni sus necesidades de protección internacional.
Otro de los conflictos es que, aprovechando la coyuntura, los llamados “polleros” están engañando a las personas asegurándoles que sí es posible ingresar a Estados Unidos, con el único propósito de conseguir más clientes, por los cuales hoy cobran sumas de dinero todavía más altas, “y muchas veces los dejan tirados en la frontera o los ponen en manos del crimen organizado”.
A la Dimensión de Movilidad Humana de la CEM le preocupan especialmente las políticas de persecución, detención, deportación y represión de la migración implementadas por el Gobierno de México, ya que han obligado a los migrantes a buscar rutas alternas que los ponen en una mayor situación de vulnerabilidad.
Asimismo, señala que han sido las casas del migrante las que acogen a estas personas, aún con las dificultades propias de la pandemia, y sin ningún tipo de apoyo por parte del Gobierno Federal, que tiene la responsabilidad directa de atender el fenómeno migratorio.
“Cabe mencionar que nuestras casas prestan un servicio totalmente gratuito gracias a la generosidad de la Iglesia Católica, pues son las diócesis, parroquias o congregaciones religiosas quienes sostienen los Centros de Atención para personas migrantes, los cuales se han visto limitados por la falta de recursos suficientes ocasionado por la reducción de donativos debido al empobrecimiento que ha generado la pandemia”.
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