Ante la Virgen de Guadalupe, el Card. Aguiar consagra a Rusia y Ucrania
‘¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?’, hoy resonaron por todo el mundo las palabras que la Guadalupana dijo a san Juan Diego, incluidas en la oración del Papa Francisco.
Este 25 de marzo, desde la Basílica de Guadalupe, el Cardenal Carlos Aguiar Retes se unió al acto de consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María que el Papa Francisco llevó a cabo este mismo día en Roma.
Puedes leer: Oración de Consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen María
Durante una Misa celebrada en el Tepeyac -previo a pronunciar la Oración de Consagración que el Papa Francisco pidió a todos los obispos del mundo a elevar en este día-, el Arzobispo de México señaló que este momento de crisis por la guerra entre Rusia y Ucrania ha comenzado a repercutir en los países vecinos, y poco a poco comienza a extenderse al resto de las naciones.
Asimismo, el Cardenal Carlos Aguiar hizo alusión a un discurso dirigido por Su Santidad Pablo VI en 1965 a la Organización de las Naciones Unidas, el que conminaba a los Estados Parte a “dejar caer las armas de sus manos”, para poder realmente ser hermanos.
Y de la misma forma en que Su Santidad Pablo VI parafraseó entonces al presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, el Cardenal Carlos Aguiar repitió las palabras del desaparecido mandatario norteamericano: “La humanidad deberá poner fin a la guerra, o la guerra pondrá fin a la humanidad”.
“Es hora en que no hemos aprendido a escuchar estas palabras dichas en 1965 -señaló el Cardenal Carlos Aguiar-, ni a convertirnos al proyecto que Dios tiene para la humanidad. Seamos sembradores y promotores de la paz”.
‘¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?’
Tras su homilía, el Cardenal Carlos Aguiar Retes -de la misma forma en que ocurrió hoy en diócesis y santuarios de todo el mundo-, llevó a cabo el rito de consagración. De cara a la imagen de la Virgen de Guadalupe, el Arzobispo de México pronunció la Oración de Consagración que momentos antes el Papa Francisco elevó en Roma.
“Recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: ‘¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?’”, clamó el Card. Carlos Aguiar a la Virgen, como parte de la oración pronunciada en Roma y en muchas partes del mundo.
“Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio”.
Flores blancas a la Virgen de Guadalupe
Al finalizar el rito de consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado corazón de María, el Cardenal Carlos Aguiar Retes llevó a los pies de la Virgen de Guadalupe un ramo de rosas blancas en señal de un profundo anhelo de paz para ambos países y para el mundo entero.
“A ti te entregamos, Madre, estas flores, con estos signos de los países de Rusia y Ucrania, para que los tengas en cuenta en tu corazón y les conceda Jesús la paz”, finalizó el Arzobispo de México.