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¿Es correcto venerar el cuerpo de Benedicto XVI sin ser santo?

En los últimos tres días unas 200 mil personas han venerado el cuerpo del Papa Benedicto XVI en San Pedro, ¿esto es correcto?

4 enero, 2023
¿Es correcto venerar el cuerpo de Benedicto XVI sin ser santo?
Cardenales y obispos oran ante el cuerpo del Papa emérito Benedicto XVI / Foto: María Langarica

En los últimos tres días, en la capilla ardiente de la Basílica de San Pedro en Roma, unas 200 mil personas han acudido a venerar u honrar el cuerpo del Papa Benedicto XVI. Algunos se preguntan si es correcta esta veneración.

De acuerdo con el diccionario, la palabra venerar significa una demostración de amor y respeto hacia una persona por su virtud, dignidad, méritos o santidad. Y esto es lo que el pueblo católico siente por el Papa emérito.

Venerar es como ese sentimiento que se tiene hacia los símbolos patrios a los que se miran con respeto y cariño, o hacia una fotografía que nos recuerda a un ser querido.

Venerar el cuerpo del Papa Benedicto es correcto

Así, multitud de personas han estado pasado frente a los restos del Papa Emérito, como un gesto de amor por lo que representan los Papas en el contexto de la Iglesia, y por la absoluta entrega que él tuvo hacia la Iglesia y a Jesús, a quien dirigió sus últimas palabras al decirle “te amo”.

A pesar de que la gente sólo puede permanecer frente a sus restos mortales unos cuantos segundos, debido a la gran cantidad de fieles que quieren estar junto a él, las oraciones a Dios están en las intenciones de todos los visitantes, a quien le piden por el eterno descanso de su alma y le dan gracias por su nutrido pontificado.

En la intención de muchos está el que algún día pueda ser declarado como santo, pero esto es algo que requiere tiempo y ciertas condiciones, y no puede ser algo inmediato.

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Autor

Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio.