De Metepec a Castel Gandolfo: artesanos mexicanos restauran el Pesebre de Borgo Laudato si’

El arte tradicional de Metepec, Estado de México, llegará al corazón de los jardines pontificios de Castel Gandolfo con la restauración del monumental Pesebre de Borgo Laudato si’, una obra de tamaño natural que une fe, identidad cultural y compromiso con el cuidado de la Creación, y que podrá apreciarse del 20 de diciembre al 2 de febrero de 2026.

La restauración estuvo a cargo de Israel Soteno, maestro ceramista, y su esposa Blanca Jiménez, reconocida artista y reciente ganadora del Premio Nacional de México de Pintura con Anilinas, quienes viajaron a Italia para devolver vida a las esculturas creadas originalmente por Tiburcio Soteno, padre de Israel y uno de los máximos exponentes de la tradición cerámica de Metepec.

El Pesebre está compuesto por 17 grandes figuras de barro, elaboradas hace aproximadamente 20 años en el histórico taller familiar Soteno, una tradición artesanal que suma cinco generaciones. De este taller han surgido piezas que hoy forman parte de importantes colecciones internacionales, incluido el British Museum de Londres, lo que confirma el reconocimiento global de esta expresión del arte popular mexicano.

¿Cómo llegó un Nacimiento mexicano a Roma?

La escena monumental del Nacimiento, elaborada en barro de Metepec y a escala natural, pudo apreciarse en su momento en la Basílica de Guadalupe. Con el paso de los años, las piezas fueron donadas y trasladadas a Roma para integrarse al jardín del Borgo Laudato si’, en Castel Gandolfo, donde hasta ahora permanecía sin ser exhibida al público.

El paso del tiempo y el traslado de las piezas provocaron desgaste en los colores y daños superficiales, lo que hizo necesaria una intervención especializada. Debido a la naturaleza del material y al valor patrimonial de la obra, se optó por una restauración cuidadosa que respetara su identidad original.

Para realizar este trabajo fueron convocados Israel Soteno y Blanca Jiménez, no solo por su experiencia en el arte cerámico, sino porque el taller familiar de los Soteno fue el creador original del Nacimiento. En el proceso también participó el padre Manuel Dorantes, subdirector del Borgo Laudato si’, quien impulsó esta iniciativa y acompañó el proyecto desde sus primeras etapas.

En entrevista con Desde la fe, Israel Soteno asegura que la restauración tiene un significado profundamente personal. Se trata de una obra creada por su padre, Tiburcio Soteno, quien falleció hace cuatro años; y además, es la primera restauración internacional de esta magnitud realizada por el taller familiar.

“Trabajar en una pieza que hizo mi papá es muy fuerte emocionalmente. Mientras la restauro, lo recuerdo y me pregunto muchas veces cómo la habría resuelto él. Siento que este trabajo es también una forma de honrar su memoria y de seguir caminando con lo que nos enseñó”, expresa el maestro ceramista.

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Restaurar con técnicas ancestrales y materiales naturales

El maestro ceramista explicó que la intervención se centró en estabilizar y recuperar la forma original de las esculturas, siguiendo las técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación y empleando materiales naturales, en sintonía con los principios de cuidado de la Creación promovidos por Borgo Laudato si’.

Los trabajos de restauración se desarrollaron durante aproximadamente 12 días en Castel Gandolfo, periodo en el que se atendieron tanto los aspectos estructurales como los acabados de las piezas, siempre bajo un enfoque de sostenibilidad y respeto al diseño original de la obra.

El proceso implicó diversos retos, como la adaptación a barros locales muy distintos al de Metepec y la sustitución de ciertos materiales que no pudieron trasladarse desde México. Algunas figuras, como un ángel y uno de los reyes, presentaban daños significativos, lo que exigió soluciones artesanales complejas, siempre cuidando la fidelidad a la obra original.

Por su parte, Blanca Jiménez realizó los acabados finales y la decoración pictórica mediante la técnica de anilinas, reconocida por su bajo impacto ambiental. Su intervención buscó resaltar la dimensión espiritual y simbólica del Pesebre, subrayando la armonía entre arte, naturaleza y fe.

Un legado familiar que cruza fronteras

Más allá del trabajo técnico, el maestro ceramista señala que esta restauración representó una responsabilidad especial, al tratarse de una obra familiar destinada ahora a un espacio de proyección internacional. Cada decisión, explica, se tomó con cuidado y respeto, consciente de que el Pesebre refleja no solo la historia de su familia, sino también una tradición artesanal mexicana que hoy se abre al encuentro con la Iglesia universal.

Agrega que ese mismo cuidado se refleja en la continuidad del taller familiar. Sus hijas: Frida, Florencia y Fabiana, participan ya en el trabajo cotidiano del taller y han sido reconocidas con premios nacionales, dando testimonio de una tradición que se mantiene viva y en constante renovación.

El Papa León XIV, un pastor en el Nacimiento

La escena del Nacimiento está compuesta por figuras a tamaño natural. San José es la figura de mayor altura, con aproximadamente 1.95 metros, mientras que la más pequeña es el Niño Dios. Esta escala monumental refuerza el impacto visual y catequético del conjunto, concebido para dialogar con el entorno natural de los jardines pontificios.

Como parte del proyecto, se trabaja además en una pieza adicional que representará al Papa León XIV, la cual medirá entre 1.65 y 1.70 metros. La figura irá vestida como pastor, pero incorporará elementos propios del ministerio pontificio, como el solideo, la casulla y una cruz pectoral, y encabezará la peregrinación de los pastores dentro de la escena y la inclusión de esta figura fue una iniciativa del padre Manuel Dorantes.

Una vez concluida la intervención, el Pesebre monumental podrá visitarse en los jardines del Borgo Laudato si’ del 20 de diciembre al 2 de febrero, periodo en el que permanecerá abierto al público como parte de la propuesta cultural y espiritual del recinto. Tras esa fecha, algunas figuras, como los pastores, quedarán de manera permanente en el jardín, mientras que el Misterio y los reyes serán resguardados.