Escuchar a las víctimas de abusos, clave para su sanación: especialista
Nelson Giovanelli, de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, pide auxiliar a víctimas para alcanzar el perdón.
La mayoría de los jóvenes con adicción a las drogas han sido víctimas de abusos y violencia, asegura Nelson Giovanelli, laico consagrado y quien fue llamado por el Papa para ser miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores.
Con una trayectoria de más de 35 años en la recuperación de jóvenes adictos a la droga, Giovanelli asegura que su trayectoria está marcada por una de las palabras que más se han mencionado en el encuentro de los obispos para tratar el tema de la protección de los menores en la Iglesia, y es “escuchar”.
El experto señala que dentro de su centro de recuperación de adicción a las drogas Fazenda da Esperança, descubrieron que casi 60% de los jóvenes que se recuperan de alguna adicción, sufrieron un tipo de abuso en su vida: sexual, de violencia o de poder, en la familia o fuera de ella, en las asociaciones, entre otras. “Muchos de ellos entraron en la drogadicción por esta herida que se abrió en el tiempo de la niñez o de la infancia”, detalla.
Afirma que “cuando hablan de sus heridas y las escuchamos, inicia una reconciliación con ellos mismos, con los agresores, con la Iglesia -en el caso de que fueron abusados por religiosos o sacerdotes- luego logran dar el perdón. Después de un proceso de sanación, ellos mismos quieren ayudar a los otros y no tienen miedo de hablar de su herida, que ya está cicatrizada”.
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Un encuentro histórico
Giovanello asegura que hay que ser sensibles al dolor de las víctimas y escuchar “tal como lo dice el Papa Francisco, en la Carta al Pueblo de Dios: “es la escucha del dolor de las víctimas, de un gemido que clama al cielo, que llega al alma y que durante mucho tiempo fue ignorado, callado o silenciado”.
Afirma que el paso valiente del Sumo Pontífice, a convocar- por primera vez en la historia -para tratar el tema a todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, es un ejemplo no sólo para la Iglesia sino para toda la sociedad, para enfrentar este duro problema y sufrimiento con coraje, pero con los instrumentos y el camino que el mismo Evangelio muestra, hablando de las situaciones con transparencia, con responsabilidad, con rendiciones de cuentas.
“Siento –concluye- que llamando a los principales responsables de las conferencias episcopales y superiores generales, se dará un salto para que se implementen los pasos que desde hace 30 años la Iglesia en varias partes del mundo especialmente en el Vaticano, intenta dar con este encuentro se avanzará muchísimo en este campo”.
Con información de Griselda Mutual – Vatican News