4 características del cuerpo glorioso de Jesús, según la Sábana Santa
La Sábana Santa muestra cuatro características particulares del cuerpo glorioso de Jesucristo, asegura Felipe Latapí, del CMS.
La Sábana Santa revela cómo era el cuerpo de Jesús
La Sábana Santa tiene un gran valor para los Cristianos en el mundo pues muestra cómo era el cuerpo de Jesús, quien dio su vida por amor. ¿Quién es capaz de dar a su propio hijo por el bien de los demás? “Pues Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna.”
Con esta cita de san Juan, Felipe Latapí Clausell, responsable de Difusión del Centro Mexicano de Sindonología, asegura que si bien el infinito amor que Dios Padre tiene por sus hijos es incomparable, y en ocasiones ni siquiera se puede entender, este amor ha quedado plasmado en la Sábana Santa.
“La Síndone es una clara muestra del gran amor que nos tiene Dios, ya que en ella podemos encontrar la imagen de Jesús con todas las huellas de la Pasión, y darnos cuenta de que nos amó hasta la muerte”, asegura Felipe Latapí, quien es Ingeniero Mecánico Eléctrico por la Universidad Iberoamericana.
Características del cuerpo de Jesús
Pero la Síndone no sólo es reflejo del amor de Dios, también lo es de su poder. Explica: “Podemos encontrar en ella el poder de Dios, ya que vemos reflejado el instante de la Resurrección, que es el momento en que Jesús venció a la muerte, ‘el último enemigo a vencer’, según san Pablo”.
Pero además asegura que la Sábana Santa permite conocer las características del cuerpo Glorioso de Jesús, que son cuatro:
“Impasibilidad –detalla– porque podemos ver su rostro sereno, no expresa ningún sufrimiento, ya que ha resucitado. Sutileza, porque la gravedad no le afectó; Agilidad porque vemos que Jesús atravesó la Sábana, y finalmente, la luminosidad, pues la imagen quedó grabada por medio de una energía o luz”.
En conclusión, Felipe Latapí asegura que en la Síndone el creyente puede encontrar reflejada tanto la máxima prueba de amor de Dios, como su gran poder, al ver el cuerpo glorioso del Resucitado”.