Conflicto Israel-Palestina, así afecta a la minoría cristiana
Con las acciones bélicas en aumento, se corre el riesgo de que más cristianos deban abandonar Tierra Santa.
La Tierra Santa es un concepto que, para algunos, nos remite principalmente a Israel y a Palestina, sin embargo, esta definición se ha ampliado a otros países que quedan inscritos en los sitios bíblicos como son Jordania, en donde Jesús fue bautizado y el monte Nebo, desde donde Moisés vio la tierra prometida; Siria donde ocurrió la conversión de San Pablo; Irak de donde era originario Abraham, y aun Egipto, donde vivió exilada la Sagrada Familia luego de que Herodes quería matar al Niño Jesús.
En todos estos países existen monumentos, capillas e iglesias, y lo que algunos llaman vestigios arqueológicos que, al paso de las exploraciones y estudios, vienen a confirmar de manera material la presencia del cristianismo desde el siglo I, y en mayor número, a partir del siglo IV, con el Edicto de Milán suscrito por el Emperador Constantino, que dio libertad de culto en el Imperio Romano, donde los cristianos vivieron entre judíos de los cuales había tres grupos: saduceos que eran afectos a la cultura griega; los fariseos apegados a la Torá y no simpatizaban con el mesianismo, y los esenios que vivían en pequeñas comunidades aisladas.
A partir del siglo VII, la expansión del islam llegó a los lugares sagrados y algunos de los sitios del cristianismo fueron convertidos en mezquitas, como fue el caso del Cenáculo, y durante las fallidas cruzadas trataron de recuperar estos espacios para la cultura y fe occidental.
Los musulmanes también definieron algunos sitios como sagrados, para ellos, y en algunos puntos, el mismo santuario, es compartido por la fe de ambas religiones, como es el caso de la Mezquita Dorada de Jerusalén.
Franciscanos, la presencia cristiana en Tierra Santa
En medio de este difícil panorama, el papel que han tenido los franciscanos ha sido determinante para la presencia cristiana en Tierra Santa, pues, desde que San Francisco de Asís se entrevistó con el sultán de Egipto al-Malik-Kamil, y le concedió permiso para poder visitar Siria y Tierra Santa, se abrió el paso a los peregrinos cristianos que acudían de Europa.
Desde entonces, esta Orden religiosa es la custodia de los lugares santos, por instrucciones del Papa que ha sido refrendada al paso de los siglos.
Después de la Primera Guerra Mundial y durante la partición del Imperio Otomano, la Sociedad de las Naciones aprobó el mandato británico de Palestina para crear un hogar nacional para el pueblo judío. En 1947, la ONU aprobó la partición de Palestina dando lugar a un Estado Palestino y a otro judío. El 14 de mayo de 1948 surgió el Estado de Israel, pero no ocurrió lo mismo con el Estado Palestino.
La Guerra de los Siete Días de 1967 contra Egipto, Siria, Jordania e Irak permitió a Israel la ocupación de la Península del Sinaí, Cisjordanía y los Altos del Golán, lo que afectó enormemente la creación del Estado Palestino.
Tierra Santa ha estado bajo un fuego continuo con muy pocos períodos de paz, y los cristianos han venido decreciendo en número, ya sean ortodoxos, romanos, anglicanos, protestantes y de otras nominaciones. Hoy, se calcula que en los territorios palestinos hay apenas 50 mil cristianos que representan el 1 %, y que se encuentran principalmente en Ramala, Belem, Jerusalen,y la Franja de Gaza.
De ellos, el 48 % son ortodoxos griegos y un 38 % pertenecen a la Iglesia Católica. Jerusalén es una zona de especial conflicto, en cuatro barrios históricos habitan cristianos, armenios, judíos y musulmanes, y allí, hay apenas 16 mil cristianos, de los cuales, 13 mil son palestinos que principalmente viven del turismo que se ve afectado por la guerra, el endurecimiento de las políticas de Israel, y desde hace poco más de un año, por la pandemia de Covid-19.
A la fecha, la custodia franciscana abarca 58 lugares: 21 en Galilea, 34 en Judea, 2 en Siria y 1 en Jordania, pero además tienen presencia en 16 más, para dar un total de 75 lugares en Tierra Santa donde atienden espiritualmente, tanto a las comunidades como a los turistas.
Con las acciones bélicas, se corre el riesgo de que quede despoblada de cristianos, el lugar donde nació, predicó y murió Jesús.