Virgen de Guadalupe: las 11 mejores canciones para honrar a la "Morenita del Tepeyac"

Leer más

Así fue como la fe anotó gol en la vida de Jonny Magallón

El ex defensa de Club León recuerda cómo afrontó un diagnóstico devastador.

20 febrero, 2019
Así fue como la fe anotó gol en la vida de Jonny Magallón
Contra todo pronóstico, el bebé de Jonny Magallón nació completamente sano.

Defensa central, reconocido por su gran efectividad y volumen de juego en la salida, Jonny Magallón se hallaba concentrado en 2013 con el Club León de la Liga MX cuando su esposa, Zare Alfaro, con seis meses de embarazo, tuvo que ser trasladada en ambulancia de la Perla del Bajío a Guadalajara, debido a peligrosas contracciones.

Ya en la ciudad tapatía, los médicos detectaron que el bebé carecía de cuerpo calloso –el puente que une los dos hemisferios cerebrales y da movilidad al cuerpo–, lo cual significaba que existían muchas posibilidades de que nunca pudiera moverse.

Jonny Magallón recuerda que todo el embarazo fue muy complicado, Zare tuvo que ser internada varias veces en León, por lo que su suegra, que vivía en Guadalajara, debía viajar hasta esa entidad para hacerse cargo de su nieta, Zare Sofía, durante esos periodos.

“Yo entrenaba o andaba de viaje con el equipo –explica–, y se me complicaba estar cerca de mi familia. Gracias a Dios contábamos con mi suegra. Pero un día mi esposa tuvo que ser trasladada de emergencia a Guadalajara porque requería cuidados especiales y un medicamento intravenoso”.

Recuerda que le dio una terrible noticia: “En el hospital de Guadalajara a Zare le habían practicado tres estudios diferentes, muy precisos y confiables; todos coincidieron. Al final le dieron a mi suegra el diagnóstico: el bebé tenía en el cerebro ese faltante –que sólo se forma en los primeros 3 meses de gestación–, y eso le había originado ya una cardiopatía”.

Jonny recuerda que, cuando su suegra se lo informó, fue para él un golpe durísimo, y le pidió ayuda a Dios. “Dios mío -le dije- yo confío en ti, quiero pensar que todo va a estar bien, porque sé lo grande que eres; te pido que nos ayudes, te pido por la salud de mi esposa, la de mi pequeño, ¡y adelante!”.

El diagnóstico había derrumbado anímicamente a Zare, quien no renegaba de que el bebé pudiera nacer con alguna enfermedad, sin embargo, no podía con la idea de que nunca reaccionara, ni se pudiera mover.

También puedes leer: El día que la fe cambió la vida de Miss Mundo

La llegada de Juan Pablo

Por esos días, Jonny ya estaba en planes de viajar a Guadalajara para reunirse con su familia, sin saber que el bebé se adelantaría en el parto, y estaba a sólo días de nacer. Fue a la semana de que le practicaran aquellos estudios, cuando el embarazo presentó una hemorragia que obligó a los médicos a realizar a Zare una cesárea de emergencia, pues le fue detectado un coágulo que ponía en riesgo la vida del bebé y la de ella.

Leonardo, como de inicio pensaban llamar al bebé, al nacer estalló en un grito. Los doctores se volteaban a ver asombrados, porque era un signo de que venía sano, y de inmediato lo llevaron a hacerle análisis y a colocarlo en la incubadora.

La suegra de Jonny fue a enterase de los resultados; volvió a la habitación de Zare rebosante de alegría, pero todo lo que atinaba a decir era que estaba igualito a Jonny. Zare quería saber sobre su estado de salud. Pero la madre volvía a irse, y regresaba diciendo lo mismo: “¡Es igualito a Jonny!”.

Si bien a la mamá de Zare le había tocado darle una mala noticia a Jonny, ahora también le tocaba darle una buena. “Yo iba ya en camino –relata el futbolista–, pasaba por un pueblito cerca de Guadalajara, cuando recibí una llamada de mi suegra; me dijo que me fuera tranquilo, que mi bebé había nacido totalmente sano. ‘¡Gracias, Dios!’, dije. Juro que me paré a la orilla de la carretera y me puse a llorar. No podía manejar de la emoción, del llanto, de tanto gozo. Duré unos 20 minutos llorando, y ya me fui tranquilo, respirando hondo”.

Cuando Jonny llegó y vio a Juan Pablo, como finalmente llamaron al bebé –pues Zare lo había encomendado a san Juan Pablo II–, Jonny volvió a llorar al ver cómo movía sus piernitas y sus bracitos coordinadamente.

“Hoy mi pequeño ya tiene 5 años y es un niño muy activo, le encanta el deporte y tiene una capacidad impresionante para recordar cosas. ¡Los milagros sí existen! Amo a mis hijos, y doy gracias a Dios por mi familia”.

Además, Magallón considera que su hijo vino con buenas noticias para su carrera, ya que cinco meses después de que nació, el León fue campeón de la Liga MX.

Te puede interesar: La parroquia en CDMX que encontró un nuevo camino en Juan Pablo II



Autor

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.