Cuando la inocencia desarma al odio: una lección de dignidad y esperanza

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Cuando la inocencia desarma al odio: una lección de dignidad y esperanza

La pintura de Norman Rockwell titulada "The Problem We All Live With" habla de racismo, pero también de dignidad y esperanza.

18 septiembre, 2025
Cuando la inocencia desarma al odio: una lección de dignidad y esperanza
"The Problem We All Live With" de Norman Rockwell. Crédito: Colección del Norman Rockwell Museum, Stockbridge, Massachusetts

Propongo a mi estimado lector poner nuestra mirada en una imagen que, aunque no proviene de la tradición religiosa, habla con fuerza al corazón creyente que se esfuerza en vivir los valores del reino en su vida.

Me refiero a la pintura de Norman Rockwell titulada The Problem We All Live With. En ella aparece una niña afroamericana de apenas seis años llamada Ruby Bridges, caminando hacia su escuela escoltada por agentes federales, mientras las paredes manchadas de insultos y de odio revelan el ambiente hostil que la rodeaba.

En esas palabras se puede leer un término racial ofensivo “nigger”, palabra peyorativa con la que la comunidad blanca se dirige a los afroamericanos; junto a este slogan aparecen las siglas KKK, alusión directa al Ku Klux Klan que es una organización que promueve la supremacía blanca, promotora del odio y la violencia racial; finalmente, un tomate estrellado deja en la pared una mancha roja que simboliza la agresión y el desprecio dirigidos contra la niña.

Pero, ¿por qué reflexionar en esta ocasión sobre esta pintura?  Entre otras cosas, nos habla de la inocencia en medio del rechazo, de la dignidad que camina con paso firme entre la violencia, valores que han de distinguir a todo cristiano. En esta obra de arte, se promueve, sin saberlo, la esperanza que hace de todo discípulo de Jesús un profeta de la justicia.

El Evangelio nos recuerda: “Dejen que los niños vengan a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos” (Mt 19,14). Ruby, con su vestido blanco y su mirada serena, actualiza en los Estados Unidos de esa época al niño que Jesús acoge y coloca en medio de los discípulos para enseñarles dónde está la grandeza: en la sencillez, en la pureza, en la confianza.

Pero la pintura también nos interpela a cada uno de nosotros en nuestra realidad cotidiana, pues no se trata únicamente de un episodio sucedido en el pasado, ni solo de la segregación racial en los Estados Unidos. El cuadro, de esta manera, se convierte en un espejo que nos pregunta: ¿con qué problemas de injusticia convivimos hoy? ¿Qué discriminaciones toleramos? ¿Qué indiferencias permitimos que se instalen en nuestro corazón y en nuestra sociedad?

El Señor Jesús nos dijo: “Lo que hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25, 40). Cuando una niña es rechazada por el color de su piel, cuando un migrante es despreciado, cuando un pobre es humillado, cuando un enfermo es ignorado en sus necesidades, es el mismo Cristo el que sufre en ellos y nos interpela a nosotros. Ruby se convierte en un ícono de Jesús caminando en medio de nuestra vida: frágil, vulnerable, aunque portador de una fuerza que desarma el odio.

La obra de Rockwell nos invita a vivir valores profundamente cristianos al recordarnos la dignidad de cada ser humano al ser creado a imagen de Dios. Nos evoca la solidaridad con los más débiles, simbolizada, en este caso, en quienes protegen a la niña, el coraje de mantenerse firme aun en medio del rechazo y, sobre todo, la esperanza que, como un rayo de luz en la oscuridad, se abre paso en medio de situaciones marcadas por el odio.

Al contemplar esta escena, no podemos quedarnos como meros espectadores. No basta con admirar la valentía de Ruby. El Señor nos pide preguntarnos: ¿a quién debo acompañar yo hoy? ¿A qué persona frágil debo tender la mano? ¿Qué injusticia estoy llamado a denunciar y transformar desde mi fe?

Que esta pintura se convierta para nosotros en evangelio vivo, que nos recuerde que cada paso hacia la justicia es un paso hacia el Reino de Dios. Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la valentía de Ruby, la compasión de Cristo y la fuerza de la comunidad para que, allí donde haya discriminación, sembremos fraternidad; donde haya odio, sembremos amor y, donde haya indiferencia, sembremos misericordia.

El Mtro. Jorge Luis Ortiz Rivera es Director Académico de la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Intercontinental.