Con este Viacrucis acompañamos a Jesús en su Pasión y Muerte y le pedimos por todas las víctimas de la violencia y la corrupción en México.
Oración Inicial
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ofrecimiento
Señor Jesucristo, que te entregaste a la muerte en la cruz y resucitaste glorioso para salvarnos a todos, concédenos que, al contemplar tu camino hacia el Calvario, nuestro corazón se haga más sensible para descubrirte y servirte en nuestros hermanos que sufren a causa del crimen y de la corrupción en nuestra Patria. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Abren su boca contra ti todos tus enemigos; silban, rechinan sus dientes y dicen: “¡Nos lo hemos tragado!, ¡Ah, este es el día que esperábamos!”». (Lamentaciones 2,16.)
Breve pausa de silencio
Oración:
Señor, consuela y fortalece a nuestros hermanos privados de su libertad, especialmente a quienes han sido injustamente condenados y encarcelados, víctimas de la corrupción en los tribunales y en los órganos de impartición de justicia de nuestro país. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«¡Mira Yahveh, que estoy en angustias! ¡Me hierven las entrañas, el corazón se me retuerce dentro!». Lamentaciones 1,20.
Breve pausa de silencio
Oración:
Compadécete, Señor, de aquellos hermanos nuestros que claman a ti afligidos por la cruz de la corrupción en México, soportando situaciones problemáticas que no se resuelven debido a la descomposición en algunas instituciones gubernamentales y privadas de nuestro País. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Arroyos de lágrimas derraman mis ojos por la ruina de la hija de mi pueblo. [Mis ojos lloran y no cesan de llorar]; ya no hay alivio hasta que mire y vea [a] Yahveh desde los cielos». Lamentaciones 3,48-50.
Breve pausa de silencio
Oración:
Escucha, Señor, el clamor de quienes han caído en manos de los secuestradores y viven la cruz de verse privados de su libertad, padeciendo el drama del hambre, de la sed, del hacinamiento y de la tortura física. Haz que recobren la libertad y vuelvan felizmente a sus seres queridos. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«La lengua del niño de pecho se pega de sed al paladar; los pequeñuelos piden pan, pero no hay quien se los dé». Lamentaciones 4,4.
Breve pausa de silencio
Oración:
Compadécete, Señor, de las madres que viven con el corazón desgarrado mirando a sus hijos morir de hambre o de desnutrición. Que seamos comprometidos y generosos para colaborar con las instituciones civiles y eclesiales que trabajan para llevar alimento a los niños que viven en condiciones de extrema pobreza. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
« Mi alma está alejada de la paz, he olvidado la dicha, […] ha fenecido mi vigor». Lamentaciones 3,17-18.
Breve pausa de silencio
Oración:
Toca, Señor, el corazón de aquellos servidores públicos que deberían ayudar a las víctimas del delito, pero en vez de ayudarles los maltratan y extorsionan, añadiendo así más sufrimiento a quienes se han visto vulnerados en su persona, en sus derechos o en sus bienes. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Por esto lloro: ¡Mi ojo, mi ojo se va en agua, porque está lejos el Consolador que reanime mi alma! Mis hijos están desolados porque ha ganado el enemigo». Lamentaciones 1,16.
Breve pausa de silencio
Oración:
Señor, que quienes sufren a causa de la desaparición forzada, el secuestro, la tortura o el asesinato de algún ser querido, encuentren corazones dispuestos a brindarles ayuda y consuelo, acompañándolos en su dolor. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Se agotan de lágrimas mis ojos, las entrañas me hierven, mi hígado por tierra se derrama, por el desastre de la hija de mi pueblo, mientras desfallecen niños y lactantes en las plazas de la ciudad». Lamentaciones 2,11.
Breve pausa de silencio
Oración:
Apiádate, Señor de los niños que son víctimas de la trata de personas, ten compasión de sus padres y sana sus heridas con el bálsamo de tu amor. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Esto revolveré en mi corazón, por ello esperaré: Que el amor de Yahveh no se ha acabado, ni se ha agotado su ternura, cada mañana se renuevan: ¡grande es tu lealtad! “¡Mi porción es Yahveh, dice mi alma, por eso en él espero”!». Lamentaciones 3,21-24.
Breve pausa de silencio
Oración:
Señor, consuela y alivia el dolor de las mujeres que son víctimas de la explotación laboral, del comercio sexual, de la violencia intrafamiliar o de la discriminación. Haz que nosotros no seamos indiferentes hacia ellas y les brindemos la ayuda que esté a nuestro alcance. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«¿A quién te compararé? ¿A quién te asemejaré, hija de Jerusalén? ¿Quién te podrá salvar y consolar, virgen hija de Sión? Grande como el mar es tu quebranto, ¿Quién te podrá curar?». Lamentaciones 2,13.
Breve pausa de silencio
Oración:
Ayuda, Padre, a quienes las redes del narcotráfico han hundido bajo el peso de la droga. Asiste con tu gracia a todas las personas e instituciones que se esfuerzan por brindar ayuda a estos hermanos nuestros. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Han violado a las mujeres en Sión, a las jóvenes en las ciudades de Judá». Lamentaciones 5,11.
Breve pausa de silencio
Oración:
Sana Señor, las heridas físicas y espirituales de aquellas mujeres que han vivido el drama del acoso sexual o de la violación, y otórgales tu fuerza para que puedan levantarse y continuar el camino de su vida. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«“¡Apártense!, ¡Un impuro!”, les gritaban, “¡Apártense, apártense! ¡No lo toquen!” Si huían errantes, se decían entre las naciones: “¡No seguirán de huéspedes aquí!”». Lamentaciones 4,15.
Breve pausa de silencio
Oración:
Protege, Señor la vida y los derechos de nuestros hermanos migrantes clavados en la cruz del descarte y de la exclusión generada por los sistemas políticos y económicos injustos. Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Mira, Yahveh, y considera: […] ¿Tenían que ser asesinados en el santuario del Señor sacerdote y profeta?». Lamentaciones 2,20.
Breve pausa de silencio
Oración:
Padre de infinita compasión, recibe en tu seno a los sacerdotes que han perdido la vida a causa del crimen organizado en México, toca el corazón de quienes se han dejado pervertir por el odio y la impiedad y da acierto a nuestras autoridades civiles para que con sabiduría y eficacia trabajen por la desaparición de la violencia y del crimen en México. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Dicen los niños a sus madres: “¿Dónde hay pan?” mientras caen desfallecidos, como víctimas, en las plazas de la ciudad, mientras exhalan el espíritu en el regazo de sus madres». Lamentaciones 2,12.
Breve pausa de silencio
Oración:
Te pedimos Señor por las personas que han sido privadas de su libertad para ser vendidas, abusadas y explotadas. Te pedimos también por sus familias, especialmente por sus madres, despojadas de toda paz y torturadas por la incertidumbre y por la angustia ante la desaparición forzada de sus hijos. Que su dolor encuentre en tu corazón misericordioso la luz y la esperanza. Por Cristo nuestro Señor.
Todos:Amén.
V. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
R. Señor, escucha mi voz.
«Ha cesado la alegría de nuestro corazón, se ha trocado en duelo nuestra danza […] Por eso está dolorido nuestro corazón, por eso se nublan nuestros ojos». Lamentaciones 5,15.17.
Breve pausa de silencio.
Oración:
Señor, “Nos duele profundamente la sangre que se ha derramado en México: la de los niños abortados, la de las mujeres asesinadas, la angustia de las víctimas de secuestros, asaltos y extorsiones; la pérdida de quienes han muerto enfrentando el poder criminal de la delincuencia organizada o han sido ejecutados con crueldad y frialdad inhumana”[1]. Danos a todos la certeza de que el mal nunca tendrá la última palabra.
Escucha también nuestra plegaria por nuestros hermanos, quienes sufren por las guerras en el mundo, que han cobrado millones de víctimas y devastado ciudades enteras. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
Gracias, Señor, porque nos has permitido meditar tu camino hacia el Calvario. Danos la fuerza y la valentía para servirte en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que han sido lacerados por el crimen y por la corrupción. Concédenos también ser colaboradores en la construcción de tu reino y profetas de la buena nueva en los diversos ambientes de nuestra vida nacional. Te lo pedimos a ti que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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