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“Transformación, el verdadero sentido de peregrinar”

Peregrinar supone un sacrificio, en el que acudimos a un encuentro, con sentimientos de vacío espiritual, para regresar satisfechos; peregrinar en un llamado a la conversión: P. Eric Contreras. Abimael César Juárez La palabra “peregrinar” proviene de la composición latina sacrum facere, que significa “hacer sagrado”; comúnmente está asociada al sacrificio y al andar de […]

  • Peregrinar supone un sacrificio, en el que acudimos a un encuentro, con sentimientos de vacío espiritual, para regresar satisfechos; peregrinar en un llamado a la conversión: P. Eric Contreras.

Abimael César Juárez

La palabra “peregrinar” proviene de la composición latina sacrum facere, que significa “hacer sagrado”; comúnmente está asociada al sacrificio y al andar de una persona que va a encontrarse con los elementos vitales, para construirse y desenvolverse; en ese caminar, experimenta algunos vacíos que necesitará llenar. En sentido antropológico, lo vemos como un recorrido a la luz de la fe, conscientes nuestra finitud, hacia un encuentro definitivo con el Señor, explicó a Desde la fe el P. Eric Contreras Reyes, Vicario del Santuario del Santo Sepulcro, en Iztapalapa.

El también Asesor Espiritual del Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa, señaló que la peregrinación es importante para la vivencia de la fe, aunque no es indispensable ni fundamental; “lo que sí es relevante –dijo– es que a través de esta experiencia nos podamos sentir llamados, y acercarnos a ese lugar sagrado dedicado a Dios, o a alguno de los santos, para poder tener un encuentro más profundo. Cuando se trata de la Santísima Virgen de Guadalupe, sabemos que vamos a un encuentro directo con el Señor a través de su Madre”.

Refirió que comúnmente las personas peregrinan de dos formas: “la primera, al encaminarnos cada ocho días a nuestra parroquia para participar de la Santa Misa; y la segunda, cuando nos desplazamos, no por diversión o placer, hacia un lugar específico, en una travesía laboriosa, planeada anticipadamente, ya sea en transporte o a pie; si el recorrido es de días, tendremos que tomar las provisiones necesarias. Se trata de algo fuera de la rutina que nos traerá beneficios espirituales”.

En mayor o menor grado, en cualquier circunstancia –explicó–, peregrinar supone un sacrificio, en el que acudimos a un encuentro, con sentimientos de vacío espiritual, para regresar satisfechos y con una misión orientada, para la búsqueda de cosas, en sintonía con el Evangelio, que nos beneficien. “Para esto, debemos prepararnos lo mejor posible, a través de una confesión correcta, a fin de tener una purificación del corazón y una conversión; de esa manera, podremos identificar los beneficios que obtendremos de nuestro peregrinaje, a través de la presencia de Dios, la Virgen Santísima o un santo. Peregrinar es un llamado a la conversión”, expresó.

El P. Eric Contreras agregó que, para hacer una peregrinación, debemos tener claro el motivo y lugar, a fin de sentirnos plenamente identificados y darle un sentido a todo ese esfuerzo; es decir, que debemos considerar si nuestro caminar se dirigirá hacia un recinto mariano, hacia un santuario con una representación de Nuestro Señor Jesucristo o hacia algún lugar donde se venere algún santo; “enseguida, debemos organizarnos para conseguir los recursos económicos y materiales para nuestro recorrido, conscientes de que nuestro estado de salud sea bueno, tomar las precauciones necesarias, como abrigo y alimentación. Participar en total despojo de comodidades es fundamental para estar en sintonía con Cristo humilde, que se acerca a nosotros”.

Dijo que al lugar al que vayamos, Dios nos va a iluminar en nuestras necesidades; pero no sólo debemos ir a pedirle, sino llevar un compromiso de transformación interna. “Al platicar con el Señor, pidamos su ayuda para perdonar, para responsabilizarnos de nuestra salud, para reparar algún agravio. Debemos ir y salir más enamorados de Dios, de la Virgen, de sus santos”, expresó el sacerdote.

Recomendó que al estar ya en el recinto, es importante dejarnos llevar en cada momento que ahí se viva, ya sea de oración, de alabanza, de alegría o de entusiasmo ante ese encuentro con el Señor. “También es necesario agradecer con humildad el habernos permitido hacer el recorrido, que no realizamos solos, sino en comunidad, con alguien con quien compartimos, con alguien a quien ayudamos, o con alguien que nos ayudó”.

Finalmente, el P. Eric Contreras Reyes señaló que es fundamental que el organizador, o guía espiritual de la peregrinación, vaya orientando el recorrido, dándole un sentido, reafirmando el porqué de ir a ese santuario en particular. “Esto servirá para que cada participante identifique la verdadera razón de su caminar, lo que lo motivará y lo hará volver repleto de un sentido de conversión, de purificación, de encuentro y entrega al Señor, de una experiencia que traerá a su vida dividendos que le ayudarán a vivir mejor”.