Misma estrategia, iguales resultados

Leer más

Hay 182 escenificaciones de la Pasión en la Ciudad de México

Carlos Villa Roiz Un estudio realizado en el área de Asuntos Religiosos del Gobierno de la Ciudad de México, con apoyo de los gobiernos delegacionales y de las ocho Vicarías Episcopales de la Arquidiócesis de México, revela que hay por lo menos 182 puntos en donde se celebran los tradicionales oficios y representaciones de la […]

Carlos Villa Roiz

Un estudio realizado en el área de Asuntos Religiosos del Gobierno de la Ciudad de México, con apoyo de los gobiernos delegacionales y de las ocho Vicarías Episcopales de la Arquidiócesis de México, revela que hay por lo menos 182 puntos en donde se celebran los tradicionales oficios y representaciones de la Semana Santa.

El Viacrucis de Iztapalapa, cuya tradición data más allá de un siglo y que llega a reunir dos o más de millones de personas, es el más famoso de todos, ciertamente, e incluso, en el extranjero es seguido a través de los medios de comunicación.

Hay otros más, como el Viacrucis de Cuautepec, con una tradición de medio siglo y que reúne a unos cien mil espectadores en el entorno del cerro del Chiquihuite, al norte de la Ciudad, que también goza de gran aceptación.

Cuajimalpa también tiene su propia representación a la que asisten unas cien mil personas; lo mismo ocurre en la delegación Xochimilco, y hacia el corazón de la Ciudad de México, en la Colonia Roma, a partir de la Parroquia de la Sagrada Familia que atienden los jesuitas; este templo también tiene su Viacrucis con piadosas imágenes que hacen transitar, por las calles vecinas, a unas 20 mil personas.

Hay otras representaciones poco conocidas, como la que se llevan a cabo en algunas cárceles como en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, en donde participan los internos, y asisten sus familiares.

En las representaciones populares de la Pasión de Cristo, la gente, sin importar su condición social, participa como actores en los distintos papeles, o aportan recursos para que se puedan llevar a cabo estos eventos, y para lo cual se han creado históricas mayordomías que mantienen viva la tradición.

Todas estas manifestaciones populares en torno a la Pasión de Cristo confirman la profunda fe de la gente y el arraigo generalizado a ver en la Semana Santa, el verdadero sentido religioso que le confiere.

En el montaje de los altares de Dolores, por ejemplo, participan museos e instituciones culturales laicas, que reconocen, en estos episodios bíblicos, parte de la cultura y la rica tradición mexicana.