¿Cómo hacer que tus hijos se porten bien en Misa? Los 8 consejos de un sacerdote
El padre Antúnez, director de Pastoral Infantil de la Arquidiócesis de México, da estos consejos para que los niños se porten bien en Misa.
Normalmente, en la iglesia podemos ver a los niños y niñas que, en compañía de sus papás y mamás, asisten a la Misa; sin embargo, la forma en la que se comportan es muy diferente, ya que mientras algunos se mantienen en su lugar, siguiendo la celebración eucarística, otros están inquietos, e incluso, corren dentro del templo.
El padre Luis Alfredo Antúnez, director de Pastoral infantil de la Arquidiócesis Primada de México, subrayó que, si bien es cierto que es muy importante inculcar en los niños y niñas que tengan un buen comportamiento cuando estén en la parroquia, también es fundamental que se considere que la presencia de los pequeños es un reflejo de que se mantiene la labor evangelizadora de la Iglesia.
En entrevista con Desde la fe, el sacerdote recordó que “en una ocasión un párroco dijo que escuchar a un niño hacer ruido en la Misa es signo de que la Iglesia está viva y que continúa su labor evangelizadora”.
TE RECOMENDAMOS:
Sacerdote interrumpe misa por llanto de un bebé: ¿Fue correcto?
8 consejos para que los niños se porten bien en la Iglesia
Durante la charla con Desde la fe, el padre Luis Alfredo planteó ocho consejos para que los niños y niñas se porten bien la iglesia, mismos que te compartimos a continuación:
- Dejar al niño ser un niño. No esperemos que el niño se comporte como un adulto, aunque es muy recomendable que los papás comiencen a enseñar a sus hijos lo que ocurre en la Misa.
- Cuidar la forma de vestir. Que los niños aprendan que los domingos es un día muy importante en el que tienen que ir bien vestidos, porque se van a encontrar con Dios.
- Ser puntuales. Hay que enseñar a los niños la importancia de que no podemos dejar esperando a Jesús; que a Jesús hay que verlo y deben ser puntuales.
- Darles el buen ejemplo. Que los niños oigan participar a los papás en la Misa porque, más que con palabras, ellos aprenden con el ejemplo. Y si el niño ve a su papá y a su mamá que están atentos en la Misa, en la Eucaristía, los anima a participar y aprenderse las oraciones.
- Que se aprendan las canciones. A los niños les encantan las canciones, entonces es recomendable que les enseñemos a cantar, que se aprendan las canciones que acompaña cada momento de la Eucaristía, para que ellos también puedan participar.
- Animarlos a participar. Que además de que vean atentos a los papás y mamás, también los vean rezar, y cuando pasen a la Comunión, lleven a los niños de la mano, aunque todavía no puedan comulgar, para que vivan el momento, e incluso, recomendaría que el sacerdote les dé una bendición.
- Realizar Misas para niños. Muchas parroquias tienen Misas especiales para niños, en las que con ayuda de la creatividad y del interés de cada sacerdote pueden hacer más comprensible el Evangelio y los momentos de la Misa. Por ejemplo, pueden participar desde leer las lecturas, hacer las peticiones y llevar las ofrendas, hasta ser monaguillos o estar en el coro.
- No regañarlos. Con regaños no se logra nada; si nosotros intentamos regañarlos y exigirles que se porten bien y obligarlos que se sienten no ganamos nada. Es mejor motivarlos a que sepan que cada domingo van a ir a visitar al Niño Jesús a su casa y que es un buen momento para compartir en familia.
TE RECOMENDAMOS:
10 preguntas y respuestas para que los niños conozcan a Dios
La importancia de explicar a los niños qué es la Iglesia
Uno de los factores que pueden ayudar a que los niños y niñas se comporten bien en la iglesia durante la Misa -señaló- es que conozcan el significado de la celebración eucarística y aquí la labor de los papás y mamás es fundamental, ya que si ellos les explican todo en torno a ella, tendrán el interés de seguirla.
“Estos años de la primera infancia son sumamente importantes para que vayan descubriendo lo que es la Misa, el encuentro con Dios en la Eucaristía y, conforme van creciendo, ellos también puedan ir modificando su comportamiento para participar pues activamente en la Misa”, recomendó el vicario de la Parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en la colonia Portales, en la Ciudad de México.
Recordó que la Misa tiene su estructura y diversos momentos en los que hay silencio, pero también hay momentos de participación y de contemplación, que para un niño estar quieto una hora va a ser totalmente difícil, pero es progresivo que mejore su comportamiento conforme se enseñe al niño la importancia de estar en la parroquia y de que la iglesia no era un lugar para jugar, sino para orar y para encontrarse con Dios.
En este sentido, destacó que “los niños también son Iglesia y forman parte de esta gran familia que es la Iglesia y por ello la pregunta no es qué hacer, sino entender que si no hay niños en la participación de la Iglesia, ¿entonces dónde está la Iglesia del mañana, dónde está el futuro?”.
¿Cómo debe actuar un sacerdote cuando un niño está muy inquiero en la Misa?
Respecto a la manera en la que debe actuar un sacerdote cuando un niño está muy inquieto en la Misa, el padre Luis Alfredo Antúnez señaló que, más allá de intentar corregir a los papás o a los niños, debe ayudarles a entender la importancia de que los menores participen en la Eucaristía para evitar que pierdan la fe, sin dejar de asistir a la parroquia debido a que el sacerdote los regañó.
“Esto es que, poco a poco, nosotros ayudemos a los niños a irse adaptando a la Misa con el ejemplo y la ayuda de sus papás. Más que una corrección, yo les ayudaría a entender la importancia de que los niños estén allí y creo que la solución del ruido de la Misa, no es eliminarlo, no es que ya no vengan a Misa, sino saber canalizarlo y aprovecharlo para predicar y dar un buen ejemplo.
“A mí me gusta mucho un consejo que le escuché al Papa Francisco quien dijo: ‘Me gusta oír el llanto de los niños en la iglesia, porque son una promesa de vida. Cuando un niño llora cuando estamos en la iglesia, en Misa, a veces algunas secretarias parroquiales empiezan a decir llévalo fuera. No, no, el niño debe quedarse ahí porque es predicación de Dios, es la predicación de la vida’”, comentó.
“Yo creo”, concluyó el director de la Pastoral Infantil, “que la virtud de la paciencia nos puede ayudar mucho a nosotros como sacerdotes para seguir cumpliendo esas palabras del Evangelio en nuestra vida, en nuestras parroquias: ‘dejar que los niños se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos’”.
TE RECOMENDAMOS:
Sacerdote deja nota en las bancas para papás con hijos llorones