Card. Rivera bendice “Casa Ars”, hogar para sacerdotes retirados
• El inmueble fue donado por la Fundación IGMA A.C, asociación sin fines de lucro, conformada por un grupo de laicos agradecidos con los sacerdotes que han entregado su vida al servicio de la comunidad. Abimael César Juárez Este miércoles 31 de agosto el cardenal Norberto Rivera Carrera, acompañado de sus Obispos Auxiliares, bendijo la […]
• El inmueble fue donado por la Fundación IGMA A.C, asociación sin fines de lucro, conformada por un grupo de laicos agradecidos con los sacerdotes que han entregado su vida al servicio de la comunidad.
Abimael César Juárez
Este miércoles 31 de agosto el cardenal Norberto Rivera Carrera, acompañado de sus Obispos Auxiliares, bendijo la primera casa sacerdotal para los presbíteros de la Arquidiócesis de México jubilados, la cual ha sido llamada “Casa Ars”, ubicada en Huixquilucan, Estado de México.
El inmueble fue donado por la Fundación Iglesia Misericordia y Amor A.C. (IGMA A. C.), una asociación sin fines de lucro, conformada por laicos, a quienes los une el agradecimiento a los sacerdotes arquidiocesanos, por su entrega y consagración a Dios en favor de la comunidad.
Al inicio de la ceremonia de entrega, que fue dirigida por la Sra. María Eugenia Abad Ribot, Presidenta de la Fundación, por Mario Álvarez Yates, y por algunos otros miembros de IGMA A.C., el Card. Norberto Rivera dirigió a los asistentes un mensaje, en el que citó a Zaqueo, el publicano del evangelio de san Lucas, para explicar el significado de la bendición de una casa. Refirió que es atender a Jesús, dejar que Él entre en nuestra casa, en nuestra vida; y si lo aceptamos, como lo hizo Zaqueo, lo importante es tener un cambio… “Espero que los sacerdotes que convivan en esta casa, se valoren como personas, en esa relación humana, que realmente se comporten a la altura de la conversión de Zaqueo”.
Antes de la bendición, el Arzobispo de México hizo una oración y pidió por todas las personas que hicieron posible la apertura de este espacio. “Que el Señor bendiga a todos los que han colaborado materialmente o con la promoción; (agradezco) la estima y valoración hacia el sacerdote que ha gastado su vida, la mayoría de las veces en la oscuridad, sin tener reconocimiento de nadie; agradezco a los laicos que han hecho posible esta casa y se harán cargo de ella, a esos corazones generosos que reconocen que el sacerdote hace presente a Cristo y que sus obras también nos traen la santificación y verdadera salvación”.
Por su parte, la Sra. María Eugenia Abad Ribot comentó que esta casa es la primera de un proyecto de tres; las otras dos estarán ubicadas en la Ciudad de México, cerca de los lugares donde los sacerdotes han prestado sus servicios a lo largo de su vida, para que puedan hacer visitas a las iglesias cercanas y dar servicio en ellas.
Agregó “Casa Ars”, así como “Casa San José”, la cual aún está en proceso de construcción, son parte de este proyecto, con el que esperan, además de acoger a los presbíteros jubilados de la Arquidiócesis de México, atender sus necesidades, brindarles acompañamiento, proveerlos de sillas de ruedas, aparatos auditivos, lentes, atención médica y otros servicios; “todo esto a cargo de católicos y personas de buena voluntad, a quienes se ha invitado para que apoyen la iniciativa”.
“Damos gracias a Dios por este proyecto, que significa devolver un poquito de lo mucho que nos han dado los sacerdotes, representantes de Cristo en la Tierra; confiamos en la providencia y guía de Dios para que nos permita concluir sin problemas esta obra al servicio de sus hijos predilectos, que incluye la campaña ‘Adopta un sacerdote’, para que más personas de buena voluntad brinden ayuda a sacerdotes retirados, ya sea con oración o aportaciones económicas”, expresó.
Para finalizar, María Eugenia Abad Ribot dijo que la casa consta de doce habitaciones perfectamente amuebladas, con baño incluido, sala, comedor, capilla, desayunador y elevador, y está ubicada en una zona cerrada, con un parque cercano, en el que podrán caminar tranquilamente; todo el mantenimiento y funcionamiento estará a cargo de la fundación. “El Cardenal y sus Obispos auxiliares serán quienes digan en su momento cómo se organizarán para poder hacer uso de las instalaciones; es un proyecto que desde hace mucho quería el Sr. Cardenal, porque le preocupan mucho sus sacerdotes ancianos”, concluyó.