El santuario del Cristo de la Grita espera a miles de fieles
En los Andes venezolanos, concretamente en el estado Táchira, el 6 de agosto se conmemora la festividad del Cristo de la Grita, una de las peregrinaciones más largas de América Latina en honor “al Cristo que esculpieron los ángeles”.Vatican NewsEn la hermosa ciudad de La Grita se venera desde hace 408 años la imagen del […]
- En los Andes venezolanos, concretamente en el estado Táchira, el 6 de agosto se conmemora la festividad del Cristo de la Grita, una de las peregrinaciones más largas de América Latina en honor “al Cristo que esculpieron los ángeles”.
En la hermosa ciudad de La Grita se venera desde hace 408 años la imagen del Santo Cristo de los Milagros cuya festividad se celebra cada 6 de agosto.
En este contexto, Monseñor Mario Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, explica que la historia de esta devoción tan popular; relata que fue un monje franciscano el artista que la hizo. Pero cuando llegó el momento de tallar el rostro se quedó detenido sin poder avanzar. Cuenta la leyenda histórica que habría sido un Ángel quien finalizó la obra. Pero lo cierto es que se trata de una hermosa talla que se ha convertido en el Icono de los habitantes del Táchira.
Una devoción que supera fronteras
“A lo largo de estos siglos de historia en el Táchira, la devoción al Santo Cristo se fue metiendo en el alma de todo los creyentes en Táchira. Gracias al testimonio de muchos creyentes su devoción se ha ido extendiendo por toda Venezuela y ahora por muchos países. De hecho, sabemos que en estos días en Ecuador , Chile, Perú y Argentina se tendrán celebraciones en honor al Santo Cristo de la Grita, organizadas por creyentes que han emigrado a esos países”, escribe Monseñor Moronta.
«Es motivo para que innumerables peregrinos acudan a la ciudad santuario de la Grita a venerar y honrar al Cristo de los Milagros. En los últimos años se han superado las expectativas y más de trescientos mil peregrinos acuden en torno a la fecha antes mencionada. No se trata de un evento cualquiera ni de una manifestación de turismo religioso, como algunos han querido calificarla. Es mucho más que eso. Los peregrinos acuden con fe. Algunos lo hacen caminando por las diversas carreteras, otros con sus vehículos… Pero quien acude lo hace con su fe para pedirle algo al Señor de Los Milagros, para dar gracias por un favor recibido o para reafirmar públicamente su fe en Jesús», argumenta el prelado.
Una fiesta cristiana que celebra la eucaristía
«Son numerosas las confesiones y las comuniones. Los sacerdotes del Santuario, junto con un equipo de laicos servidores, acogen a los peregrinos y le brindan con su servicio la ocasión para orar, participar en la Eucaristía y la reconciliación. Es un momento de fiesta cristiana cuyo culmen es siempre la Eucaristía», añade Su Excelencia recordando que un año más, miles de fieles se unen a esta celebración:
«En nuestras mentes y corazones están presentes todos los hermanos de Venezuela, los que han emigrado, los que sufren y los necesitados. Le hablamos al Santo Cristo de las esperanzas y angustias de nuestro pueblo y le pedimos nos ayude a salir adelante».
Cristo protector de los Andes venezolanos
Y destacando que el Cristo de la Grita es el protector de los Andes venezolanos y desde allí extiende su protección a toda Venezuela, Monseñor Moronta recuerda que en la oración de este pueblo, cada día están presentes los pobres y los emigrantes, sus familias y comunidades.
«Le pediremos que toque el corazón de los gobernantes para que cambie junto en su actitud y piensen en el bien del pueblo y no en sus intereses. Asimismo pediremos por todos los dirigentes políticos, sociales y religiosos a fin de que se pongan del lado del pueblo y no busquen sus intereses ni se dejen llevar por el afán de poder. Y que a todos los cristianos y personas de buena voluntad nos de la fuerza y sabiduría para hacer realidad el Reino de Dios en Venezuela. Reino de justicia, paz y amor», concluye el Obispo de San Cristóbal invitando a todos los feligreses a que el 6 de agosto, donde sea que se encuentren, “fijemos nuestros ojos de fe en el Santo Cristo de los Milagros de la Grita”, tal y como lo sugiere el propio himno con el que se le honra:
“Aunque lejos esté nuestro cuerpo, siempre el ama está ante ti”.