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‘Tragedia y crisol del sacerdocio en México’, un recuento detallado de sacerdotes asesinados

El Centro Católico Multimedial anunció que en enero del 2018 publicará esta obra que reúne información pormenorizada de los ministros de culto que fueron ultimados durante los últimos años. Vida Nueva Digital México es el país latinoamericano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal, así lo demuestran años de estudio de la Unidad de Investigaciones […]

  • El Centro Católico Multimedial anunció que en enero del 2018 publicará esta obra que reúne información pormenorizada de los ministros de culto que fueron ultimados durante los últimos años.

Vida Nueva Digital

México es el país latinoamericano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal, así lo demuestran años de estudio de la Unidad de Investigaciones Especiales del CCM.

El recuento anunciado ofrecerá además un análisis de las causas y consecuencias de estos crímenes, y estará complementado con un elaborado informe de templos y lugares de culto que han sido blanco del crimen, desde simples robos hasta el saqueo del patrimonio nacional, en lo que se ha detectado como el robo de arte sacro cometido por bandas bien organizadas.

El CCM ha adelantado que la presentación de la obra corre a cargo de Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca, quien ha vivido de cerca la inseguridad que se sufre de manera generalizada a lo largo y ancho del país.

“Las páginas de la obra tienen este recuento fatal que no debe permanecer en las estadísticas –asegura el centro–. Se trata de mantener viva la memoria y hacer algo antes de que esto sea demasiado tarde. ¿Podremos saber la verdad? No tenemos respuestas, y, lamentablemente, ante los hechos y cifras, otros sacerdotes y agentes de pastoral están en la mira del crimen organizado, que los ve como contrapeso de su poder”.

 

Violencia creciente

Desde 1990, el CCM ha realizado un seguimiento puntual de los crímenes perpetrados contra sacerdotes y agentes de evangelización en el país, situación que ha venido escalando de forma alarmante, especialmente desde el sexenio del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) cuando se registraron 25 casos: 17 sacerdotes, tres religiosos y 5 laicos asesinados en diversas circunstancias. “En la mayoría de estos casos –explica el CCM–  se tienen escasos avances en las indagatorias para conocer cuáles fueron las razones que llevaron a los victimarios a perpetrar homicidio contra estas personas”.

El centro considera que se trata de una “neopersecución”, pues en lo que va de la presente administración (2012-2018) ha repuntado el número de sacerdotes asesinados, “acentuándose con otros hechos lamentables que desestabilizan la paz en general, e impactan a la Iglesia católica en particular: 19 sacerdotes, un hermano religioso y cinco laicos asesinados”.

 

Fatídico 2017

Tan sólo en este año que concluye, cuatro sacerdotes fueron ultimados: Joaquín Hernández Sifuentes de la diócesis de Saltillo, asesinado en enero; Felipe Altamirano Carrillo, presbítero de la Prelatura del Nayar victimado en marzo; José Miguel Machorro Alcalá, presbítero de la diócesis de Papantla, quien ejercía su ministerio en la Arquidiócesis Primada de México, y murió casi dos meses después de sufrir un atentado en la Catedral Metropolitana, y finalmente, el anciano presbítero de la diócesis de Nezahualcóyotl, Luis López Villa, torturado y asesinado brutalmente en julio, en lo que se presume fue un robo con todas las agravantes al interior de su casa.

A lo anterior –señala el CCM–, se suman en este año los inauditos atentados en contra de edificios administrativos y de culto público de la Iglesia Católica: “Un sacrílego ataque en Catedral metropolitana, el 15 de mayo, que cobró la vida de un sacerdote, y el fanático acto terrorista con explosivos perpetrado en contra la sede de la Secretaría de la Conferencia del Episcopado Mexicano durante la madrugada del 25 de julio.

Para el padre Omar Sotelo, responsable del organismo, este recuento trágico debe ser motivo para acelerar un cambio de mentalidad y de las políticas que están en el desfiladero del fracaso. “En este tiempo, los casos han sido por demás interpelantes, pero sobre todo, deben conducir a la justicia para honrar a las víctimas y otorgar lo que justamente pertenece a las familias de todos ellos”.