Siervas de María: “Dios se agacha para oír a los enfermos”
Estas religiosas se dedican a brindar proporcionar ayuda médica y acompañamiento a enfermos terminales: creyentes y no creyentes.
Hay que perderle el miedo a la muerte para ayudar a los pacientes terminales. Esa fue la primera prueba que tuvo que pasar Sor Margarita Juárez, de la congregación Siervas de María, Ministras de los Enfermos, quien desde hace 33 años se dedica a cuidar personas en estado de salud crítico.
“Estudiamos enfermería, tanatología y un poco de psicología para conocer a los pacientes o ayudar a los familiares a aceptar la muerte de un ser querido. Incluso, pienso que esto último es más difícil”, asegura la religiosa en entrevista para Desde la fe.
Todos los días, a las 19:00 horas, Sor Margarita y otras siete religiosas de la congregación, se alistan para cuidar a enfermos terminales. Lo más importante –dicen– es la oración de preparación antes de salir de casa. “Lo único que pedimos es que nos apoyen con el servicio de taxi para ir al domicilio, y regresar a las 6:30 del día siguiente. De esta manera nos da tiempo de ir a Misa, desayunar, hacer algunas actividades y disponernos a dormir algunas horas para comenzar de nuevo”.
Estas religiosas ofrecen el servicio a todas las personas, incluso a las no creyentes; no esperan ninguna paga. “Aprendo bastante de los testimonios de vida. Muchos enfermos tienen una fe inquebrantable, y eso me ayuda a valorar la vida”.
Para Sor Margarita, lo más difícil de su labor es ver sufrir a los niños, pues a ellos siempre hay que hablarles con la verdad, incluso ante la muerte. “Ellos están mejor preparados para morir que sus padres, pues tienen un corazón puro, y es más fácil que escuchen a Dios. Me han tocado pequeños que me piden que ayude a sus padres para que ya los dejen ir con Dios”.
La otra cara de la moneda
Así como hay familiares que se preocupan por el bienestar de sus enfermos, también hay quienes los abandonan. Sor Bertha López Chávez, fundadora de los Misioneros de Cristo Resucitado, trabaja desde 1994 en proporcionar ayuda médica y acompañamiento a personas con VIH, abandonadas por sus familiares.
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El Programa de Atención a la Persona Inmunodeprimida nació en Tonalá, Jalisco, al ver el drama que sufrían los enfermos de VIH que no eran atendidos correctamente, asegura Sor Bertha, en entrevista. El centro tiene capacidad para 50 personas adultas, hombres y mujeres.
“Aquí les damos una casa, alimentación, atención integral y mucho amor. El programa ha funcionado exitosamente, pues teníamos una alta tasa de mortandad, pero hoy en día la terapia farmacológica es mucho mejor y los pacientes tienen una mejor calidad de vida; antes, un paciente no vivía más de diez años, hoy viven hasta 25 años con el virus”, detalla Sor Bertha.
Esta congragación ha fundado varias casas en el país, la primera en Tonalá. “En México tenemos albergues en Quintana Roo, Yucatán, Tabasco y Chiapas, y próximamente abriremos un centro de atención en Aguascalientes, otro en Jalisco para niños con VIH, y uno más en Guadalajara para hemodializar a las personas abandonadas”.
Servidoras de los dolientes
Siervas de María, Ministras de los enfermos
- Dakota, 193. Col. Nápoles
- Delegación Benito Juárez Ciudad de México
- Tel. 523-6952
Proyecto de Atención Integral a Personas Inmunodeprimidas (Paipid)
(Misioneras del Corazón de Cristo Resucitado).
- Calle Juan Posadas Ocampo 16, Santa Cruz de Las Huertas,
- Tonalá Jalisco
- Te•Tel. 01-33 3681-2679
- 01-33 3681-2679