Sin dar por hecho

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Conocer a las personas y sus realidades, prioridad del nuevo Obispo de Tehuacán

Para Mons. Gonzalo Alonso Calzada, sorpresiva fue la noticia de que el Papa decidió colocarlo a la cabeza de esta Iglesia particular.Vladimir AlcántaraCon gran sorpresa recibió Mons. Gonzalo Alonso Calzada la noticia de que el Papa Francisco decidió nombrarlo Obispo de la Diócesis de Tehuacán (Pue). “Fue algo totalmente inesperado; no me pasaba por la […]

  • Para Mons. Gonzalo Alonso Calzada, sorpresiva fue la noticia de que el Papa decidió colocarlo a la cabeza de esta Iglesia particular.

Vladimir Alcántara

 

Con gran sorpresa recibió Mons. Gonzalo Alonso Calzada la noticia de que el Papa Francisco decidió nombrarlo Obispo de la Diócesis de Tehuacán (Pue). “Fue algo totalmente inesperado; no me pasaba por la mente que el Papa pudiera considerarme para estar al frente de esta Diócesis”, señaló para Desde la fe el aún Obispo Auxiliar de Antequera-Oaxaca.

Aunque la noticia fue publicada este 20 de octubre por L’Osservatore Romano, fue hace ya algunos días que el Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, llamó a Mons. Gonzalo Alonso para informarle que el Santo Padre había decidido colocarlo al frente de esa Iglesia particular.

Sentí mucha alegría, pues es una muestra de confianza por parte del Papa Francisco en mi persona; él cree que puedo ayudar a la Iglesia de Tehuacán”, externó Mons. Gonzalo Alonso.

Pero también sintió temor, aceptó. “Y es que uno reconoce sus limitaciones. A pesar de que Tehuacán es una diócesis vecina a Antequera, no la conozco. Voy a lo desconocido, pero con la confianza puesta en Dios, con el propósito de caminar junto con el presbiterio, los religiosos, las religiosas y los laicos.

Para Mons. Gonzalo Alonso el primer paso es conocer a las personas y el tipo de realidades que viven. “Aunque también hay que enterarse del trabajo pastoral que ya se está realizando, a fin de poder animarlo e impulsarlo.

Finalmente, señaló que dejará la Diócesis de Antequera con un sentimiento de alegría por la cercanía que tuvo con los padres, los fieles y las comunidades en general. “Me voy contento, aunque no satisfecho, porque pienso que se pudieron hacer muchas otras cosas. Lo que sí puedo decir es que se trabajó buscando siempre el bien de la Iglesia”.