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Religiosas protegen del COVID-19 a niños incurables

Las donaciones han disminuido, pero no las necesidades de los más de 50 niños que viven en el hogar atendido por religiosas. ¡Necesitan nuestro apoyo!

28 abril, 2020
Religiosas protegen del COVID-19 a niños incurables
Visita de Monseñor Samaniego a la Casa Hogar para Niños Incurables durante la Megamisión 2019.

Los más de 50 niños y jóvenes que residen en el Hogar Para Niños Incurables de Nuestra Señora de la Consolación, ubicado en el centro de Tlalpan, en la Ciudad de México, hoy se encuentran a salvo del COVID-19, luego de que la institución cerrara sus puertas como respuesta al plan de contingencia instrumentado desde hace algunas semanas por las autoridades sanitarias.

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Sin embargo, debido las medidas de aislamiento, el funcionamiento de la institución atendida por las religiosas Siervas del Santísimo y de la Caridad, se ha visto afectado, como señala la hermana Luz Dary Castrillón, directora operativa: “Algunos empleados tuvieron que retirarse a sus casas, por su edad; otros más ya no asistieron por sentido común, pues no podían estar entrando y saliendo debido al riesgo de contagio, así que, de las 20 personas que de ordinario laboraban en la institución, ahora sólo hay seis.

“Lo principal hoy -dice la religiosa-, es que estamos aislados y ningún niño corre riesgo de contagio; eso era lo que nos preocupaba en un inicio: no queríamos exponernos al contagio de uno, mucho menos a un contagio masivo. Ahora lo importante es no perder la fe ni la esperanza en Dios”.

Breve historia del Hogar para Niños Incurables

El Hogar Para Niños Incurables de Nuestra Señora de la Consolación fue fundado en el  1954 gracias a don Eduardo del Valle y Talavera, con el fin de ayudar, atender y brindar acompañamiento a niños discapacitados huérfanos, o de padres indigentes, que no tuvieran la manera de atenderlos debido a sus condiciones económicas.

En el año de 1977, el hogar se constituyó como una Institución de Asistencia Privada. Desde entonces ha venido brindando asistencia social a personas con discapacidades múltiples y en estado de abandono, mediante servicios de alimentación, vestido, cuidados especiales, medicina en general, psiquiatría, odontología, fisioterapia, electroterapia, educación no formal y actividades recreativas.

Actualmente, en dicho hogar viven 56 niños con enfermedades incurables, como parálisis cerebral y otras; de ellos, 48 fueron abandonados por sus familiares; los otros 8 tienen familia, pero sólo 2 de estas familias cuentan con las posibilidades económicas para hacerse cargo de ellos.

En enero pasado, decenas de colaboradores del Hogar y sus residentes vivieron una divertida fiesta.

Disminución de recursos por causa del COVID-19

La situación de aislamiento y la disminución de la actividad económica por la que atraviesa el país ha golpeado fuertemente las finanzas del hogar, pues han disminuido las donaciones. Ahora, las seis personas que se quedaron en calidad de internas, y las tres religiosas de las Siervas del Santísimo y de la Caridad, han tenido que repartirse la gran carga de labores.

“Sabemos que la pandemia es una situación mundial que genera crisis económica -señala la hermana Luz Dary-, y entendemos que hayan disminuido considerablemente las donaciones de dinero y en especie que nos hacían; pero las necesidades de los niños no se detienen, tenemos que hacernos cargo de su alimentación, comprarles artículos para uso personal y, sobre todo, medicamentos, que al ser controlados son muy costosos”.

Los niños y jóvenes de esta casa hogar necesitan nuestra ayuda.

Los niños y jóvenes de esta casa hogar necesitan nuestra ayuda.

La hermana Luz Dary refiere que, si bien los niños del hogar no entienden lo que está pasando actualmente, “lo resienten bastante, pues ya no ven a muchas de las personas que estaban acostumbrados a ver antes de la contingencia, gente que constantemente les daba la comida, que estaba con ellos en sus cunas; claro que los extrañan; nosotras tratamos de explicarles la razón por la que no han venido, y ellos sólo dicen que sí con la cabeza”.

Finalmente, la hermana Luz Dary pide a las personas tener un corazón generoso y unas manos abiertas a colaborar con este Hogar para Niños Incurables durante este tiempo de contingencia; “ojalá nos puedan aportar algo para seguir protegiendo la vida de estos niños, y yo les prometo, de todo corazón, que cada niño se los agradecerá; no con palabras, pero sí con una sonrisa de las que ellos saben dar”.

¡La Casa Hogar para Niños Incurables necesita nuestra ayuda! Si quieres apoyarlos, comunícate al teléfono 55733125 o ingresa a su página de internet:  http://www.hogardelaconsolacion.iap.org.mx/



Autor

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.