Iglesia Católica lamenta la despenalización del aborto en el Estado de México

Leer más

Guía para la reflexión de la Decimotercera Estación del Vía Lucis

Los discípulos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas.

27 abril, 2020
Guía para la reflexión de la Decimotercera Estación del Vía Lucis
El Espíritu Santo se derrama sobre los discípulos reunidos.

Durante el rezo del Regina Coeli de este lunes 27 de abril, monseñor Daniel Rivera, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, hizo una reflexión sobre la Decimotercera Estación del Vía Lucis, que relata la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, posándose sobre los discípulos reunidos, y derramándose de esta manera en la Iglesia de Jesucristo, no como algo abstracto, sino como la persona más concreta y más cercana a los seres humanos, que nos infunde armonía y nos transforma.

Puedes leer: Guía para la reflexión de la Decimoprimera Estación del Vía Lucis

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente un ruido del Cielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse. Había en Jerusalén judíos piadosos de todas las naciones que hay bajo el Cielo. Al oír el ruido, la multitud se reunió y se quedó estupefacta porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Fuera de sí todos por aquella maravilla decían: ‘¿no son galileos todos los que hablan? Pues ¿cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra lengua materna?’.

“Partos, Medos y Elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y el Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de Libia y de Cirene; forasteros romanos, judíos y prosélitos cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las grandezas de Dios”.

A través de la meditación, la oración y la contemplación de la anterior lectura del Evangelio, podemos plantearnos lo siguiente:

  • ¿Qué sentimientos tocó Dios en mí con su Palabra?
  • ¿A qué me invita Dios?
  • Repitamos con frecuencia durante la semana: “Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor”.

Puedes descargar una guía para la meditación de la Decimotercera Estación del Vía Lucis: Aquí



Autor

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.