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Las 11 peticiones del Papa Francisco para construir un mundo mejor

El Santo Padre alimenta la esperanza en Dios y anuncia acciones al presentar la bula. Estas son las 11 peticiones del Papa Francisco para construir un mundo mejor.

9 mayo, 2024
Creatividad de Publicidad

Las 11 peticiones del Papa Francisco para salvar al mundo: “La esperanza no defrauda” (Spes non confundit), con estas palabras titula el Papa Francisco la bula de convocación del Año Santo 2025, un evento que se realiza cada 25 años por el que realiza diversos pedidos al mundo.

El pontífice también anuncia la apertura de una Puerta Santa. Y él mismo abrirá una de ellas en una cárcel, como signo de cercanía con los privados de libertad. Además, pide el cese de las guerras y la condonación de las deudas monetarias de los países más pobres, al tiempo que llama impulsar sacramentos esenciales como la reconciliación. El título del texto está tomado de la Carta de san Pablo a los Romanos (Rom 5,5) y consta de 25 puntos y cinco secciones.

11 peticiones del Papa para el mundo

En la bula de convocación del Año Santo 2025, el papa intercede por los presos, los exiliados, los pobres, los enfermos, los ancianos, los abuelos y los jóvenes. De igual forma, llama a defender la vida y la procreación basada en el amor de padres responsables.

Igualmente, clama por la paz, sugiere la creación de un fondo mundial contra el hambre y propone acciones que impulsen el ecumenismo:

1. Paz para el mundo

Pide que sea un signo de esperanza ante la tragedia de la guerra: “¿Es demasiado soñar que las armas callen y dejen de causar destrucción y muerte? Dejemos que el Jubileo nos recuerde que los que «trabajan por la paz» podrán ser «llamados hijos de Dios» (Mt 5,9)”.

Asimismo, exige que se lleven a cabo proyectos concretos y que “no falte el compromiso de la diplomacia” por construir espacios de negociación para una paz duradera.

2. Respeto a la vida

Llama a promover “la apertura a la vida con una maternidad y paternidad responsables”, por ser “el proyecto que el Creador ha inscrito en el corazón y en el cuerpo de los hombres y las mujeres”.

Considera “urgente que, además del compromiso legislativo de los estados, haya un apoyo convencido por parte de las comunidades creyentes y de la comunidad civil… porque el deseo de los jóvenes de engendrar nuevos hijos e hijas, como fruto de la fecundidad de su amor, da una perspectiva de futuro a toda sociedad”. Advierte que se necesita una “alianza social para la esperanza, que sea inclusiva y no ideológica”.

3. Condiciones dignas para los presos

El Papa considera que estamos llamados a ser “signos tangibles de esperanza” para quienes viven en condiciones de penuria: “Pienso en los presos que, privados de la libertad, experimentan cada día —además de la dureza de la reclusión— el vacío afectivo…”.

Por ello, propone “a los gobiernos del mundo que en el Año del Jubileo se asuman iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena orientadas a ayudar a las personas para que recuperen la confianza en sí mismas y en la sociedad; itinerarios de reinserción en la comunidad a los que corresponda un compromiso concreto en la observancia de las leyes”.

De igual forma, insiste en la necesidad de asegurar “condiciones dignas para los reclusos, respeto de los derechos humanos” y la abolición de la pena de muerte, “recurso que para la fe cristiana es inadmisible y aniquila toda esperanza de perdón y de renovación”.

4. Atención de enfermos y personas con discapacidad

Sobre los enfermos que están en sus casas o en los hospitales, clama “que sus sufrimientos puedan ser aliviados con la cercanía de las personas que los visitan y el afecto que reciben”. Recuerda que las obras de misericordia “son igualmente obras de esperanza, que despiertan en los corazones sentimientos de gratitud”. Y anhela que “esa gratitud llegue también a todos los agentes sanitarios”.

Su mirada se dirige igualmente hacia los “afectados por patologías o discapacidades que limitan notablemente la autonomía personal”. Recuerda que “cuidar de ellos es un canto de esperanza que requiere acciones concertadas por toda la sociedad”.

5. Un apelo por la juventud

El Papa considera triste ver a jóvenes sin esperanza, algo que ocurre “cuando el futuro se vuelve incierto e impermeable a los sueños; cuando los estudios no ofrecen oportunidades y la falta de trabajo o de una ocupación suficientemente estable amenazan con destruir los deseos”.

Ante la ilusión de las drogas, el riesgo de caer en la delincuencia y la búsqueda de lo efímero, propone ocuparse “con ardor renovado” hacia ellos.

6. Migrantes, exiliados, desplazados

Con respecto a los migrantes, “que abandonan su tierra en busca de una vida mejor para ellos y sus familias”, llama a despojarse de prejuicios y cerrazones. Espera que “a nadie se le niegue el derecho a construir un futuro mejor”.

Agrega que “a los numerosos exiliados, desplazados y refugiados, a quienes los conflictivos sucesos internacionales obligan a huir para evitar guerras, violencia y discriminaciones”, se les debe garantizar “la seguridad, el acceso al trabajo y a la instrucción”.



7. Pobres: Fondo mundial contra el hambre

El Papa hace un llamado a favor de los “millares de pobres, que carecen con frecuencia de lo necesario para vivir”. Lamenta que figuren como un simple apéndice de los debates políticos y económicos internacionales, y sostiene que el hambre “es un flagelo escandaloso” que “invita a sentir remordimiento de conciencia”.

En tal sentido, propone que “con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, constituyamos un Fondo mundial, para acabar de una vez con el hambre y para el desarrollo de los países más pobres”.

8. Condonación de deudas mundiales

Sugiere, además, condonar las deudas “de países que nunca podrán saldarlas”, y opina que “es una cuestión de justicia”, al considerar que existe una “deuda ecológica” apuntalada por desequilibrios comerciales.

Insiste en que debemos esforzarnos “por remediar las causas que originan las injusticias, cancelemos las deudas injustas e insolutas y saciemos a los hambrientos”.

9. Unidad de los cristianos

Señala que durante el próximo Jubileo se cumplen 1700 años de la celebración del primer gran Concilio ecuménico de Nicea, que “marcó un hito en la historia de la Iglesia”, por lo que su conmemoración “invita a los cristianos a unirse en alabanza y agradecimiento a la Santísima Trinidad”.

También representa “una invitación a todas las Iglesias y comunidades eclesiales a seguir avanzando en el camino hacia la unidad visible”.

Menciona que en el Concilio de Nicea se trató la fecha de la Pascua y abundaron posturas “que impiden celebrarla el mismo día. Pero, “por una circunstancia providencial, esto tendrá lugar precisamente en el Año 2025”.

Por eso, sostiene que debería ser “una llamada para todos los cristianos de Oriente y Occidente a realizar un paso decisivo hacia la unidad en torno a una fecha común para la Pascua”.

10. Indulgencia y perdón en el Año Santo

El papa también anuncia indulgencia jubilar y exalta la importancia de la reconciliación sacramental, al considerar que “no es sólo una hermosa oportunidad espiritual, sino un paso decisivo, esencial e irrenunciable para el camino de fe de cada uno”.

Invita a no renunciar a la Confesión, sino a redescubrir “la belleza del sacramento”, y detalla que la Penitenciaría Apostólica se encargará de emanar las disposiciones para hacer efectiva la práctica de tal indulgencia.

11. Ir de la mano con la Virgen María

Finalmente, el Papa Francisco enfatiza que la esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. Dice que la Virgen María viene en nuestro auxilio y nos invita a seguir esperando.

Recuerda que “el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México se está preparando para celebrar, en el 2031, los 500 años de la primera aparición de la Virgen”. Propone que durante el Año jubilar los santuarios sean lugares santos de acogida y espacios privilegiados para generar esperanza.

Por último, invita a que la fuerza de la esperanza pueda colmar -como un “ancla”- nuestro presente en la espera confiada de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, “a quien sea la alabanza y la gloria ahora y por los siglos futuros”.

¿Por qué un año jubilar de la esperanza?

El Papa anhela que el Año Santo 2025 sea un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, «puerta» de salvación. Argumenta que la esperanza “nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz”.

Sostiene que la esperanza cristiana “no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino”.

Además, afirma que este peregrinaje espiritual servirá como camino “hacia otro aniversario fundamental para todos los cristianos”, pues “en 2033 se celebrarán los dos mil años de la Redención realizada por medio de la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús”.





Autor

Ex editor de medios católicos con rica experiencia en el desarrollo de contenido SEO, branding y manejo estratégico de plataformas digitales. 

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