La Iglesia en Nicaragua vive su momento más difícil, revela informe
El estudio Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, muestra cómo el régimen Ortega-Murillo sigue atacando y diezmando a la Iglesia.
La Iglesia Católica en Nicaragua vive uno de los períodos más dolorosos y complicados de su historia, por la represión que vive por parte del régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
Así lo demuestra el estudio Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, elaborado por la abogada y defensora de derechos humanos Martha Patricia Molina.
Más de 1,000 agresiones contra la Iglesia
Desde abril de 2018 hasta julio de 2025, el informe ha documentado 1,010 agresiones contra la Iglesia, incluyendo destierros, ataques a templos, vigilancia, amenazas y restricciones a la vida pastoral.
Además, la Policía Nacional ha prohibido más de 16 mil procesiones y actividades religiosas en todo el país. Muchas de estas prohibiciones se dan de forma verbal, sin dejar constancia escrita, para evitar denuncias o reclamos.
El mismo informe revela que al menos 302 religiosos han sido expulsados, desterrados o forzados al exilio. Entre ellos hay obispos, sacerdotes, seminaristas y religiosas. Muchos han salido en silencio, por seguridad o por orden de sus comunidades.
En lo que va de 2025 la cifra de agresiones parece haber disminuido considerablemente, con solo 32 reportes; no obstante, en entrevista con Desde la fe, la doctora Molina advirtió que la situación actual no debe interpretarse como una mejora. En realidad, dijo, la persecución se ha intensificado de otras formas.
“La cifra da la impresión que la dictadura ha cesado en la persecución, pero la realidad es otra (…) Tienen diezmada a la Iglesia. Sin capacidad de hablar y denunciar. Con miedo y prudencia. Los curas están amenazados”.
Sacerdotes, vigilados y amenazados
De los más de 500 sacerdotes que aún permanecen en Nicaragua, 95% es vigilado todos los días. Esto equivale a cientos de agresiones diarias que no pueden ser denunciadas y, por lo tanto, no se incluyen en el estudio.
“Podríamos decir que a diario se cometen 425 agresiones en contra de la integridad de ellos”, señaló la investigadora.
El informe también da cuenta del cierre de obras sociales, universidades y medios católicos, así como de campañas de odio promovidas desde el Estado. Todo ocurre en un clima de censura, miedo e impunidad.
“Lo que más me impactó del estudio fue la capacidad de maldad e impunidad con la que cuenta la dictadura y la respuesta benevolente de la Comunidad ante los atropellos de la dictadura Ortega-Murillo”, afirmó la doctora Molina.
Esta séptima edición del informe será presentada ante el Vaticano en el mes de septiembre. También se ha compartido con organismos internacionales y líderes eclesiales en el exilio.
Mientras tanto, la Iglesia en Nicaragua continúa resistiendo, en silencio y en oración, una persecución que no ha terminado.