Lectio Divina: La segunda mitad de la vida
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-35En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos le contestaron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno […]
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-35
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos le contestaron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas”.
Entonces él les preguntó: “Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?” Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías”. Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.
Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.
Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: “¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres”.
Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”.
La segunda mitad de la vida
P. Oscar Arias
Meditación
El texto que escuchamos este domingo, se le conoce también como “la profesión de fe de Pedro”, que, en el evangelio según San Marcos, marca una clara división entre el principio del relato: cuando Jesús llama a sus primeros discípulos y comienza a darles sus primeras enseñanzas, acompañando las mismas, con signos de su poder.
Y la segunda parte, en la que Jesús, una vez que lo han reconocido como el Mesías, les explica que entonces ha de sufrir y será rechazado por parte de los ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los escribas y es donde Pedro, que acababa de “sacar un diez” en su respuesta, al decirle que Él es el Mesías, regresa años luz, a distancia de Jesús, porque considera que es Mesías, Señor, para triunfar, para gobernar, para tener éxito; por lo que las palabras de Jesús le resultan incomprensibles y equivocadas, tanto así, que el mismo que habrá llorado amargamente su traición, le intenta disuadir de ese camino, es más lo lleva aparte, para explicarle que así no deberían de ser las cosas.
De los 16 capítulos que abarca este evangelio, el del día de hoy, se encuentra precisamente a la mitad, pero no sólo en extensión o en páginas, hay una mitad de camino en el evangelio de San Marcos: una vez que han descubierto a través de las enseñanzas y hechos que Jesús era el Mesías esperado (primera parte del evangelio) ahora corresponde actuar en consecuencia y eso quiere decir: seguir al Maestro, incluso a entregar la vida, como Él lo ha de enseñar a sus discípulos.
Contemplación
“A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba, porque mi ruta había extraviado…” Son las primeras palabras de la famosa “Divina Comedia” de Dante Alighieri y es precisamente en esa encrucijada de la vida, cuando puede andar por el infierno y el cielo y vivir de acuerdo con aquello que descubrió.
Así, debido a la esperanza de vida actual, creo estar yo también, alrededor o tan sólo un poco más allá, de la mitad del camino de mi propia vida.
Ahora, a mis 45 años, comenzar con un nuevo proyecto como formador en el seminario, es como decía Alighieri, a la mitad del camino de la vida y aunque hubiera sido más cómodo quedarme en la parroquia que ya tenía, con quienes quería tanto, a veces nos encontramos en una encrucijada, que tiene que ver con la segunda parte de la vida.
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Me parece también que esta iglesia particular, que peregrina en la Ciudad de México, ahora también se encuentra, por muchas razones, en una encrucijada, ¿a dónde irá?, realmente no podemos saberlo con certeza, pero creer que nosotros tenemos toda la verdad o que nosotros proponemos argumentos más sabios que los que se están ofreciendo, sinceramente no es mi caso.
Prefiero, seguir caminando en estos nuevos proyectos, tal vez vamos a la mitad, tal vez vamos directos al fracaso, tal vez hay que ponernos por delante y decirle a Jesús que éste no es el camino, que hay que ir por otro lado. Prefiero mil veces poner mi confianza en el Señor y dar lo mejor de mí, en esta nueva experiencia.
Oración
Señor Jesús, así como estuviste en la primera parte de mi vida en esos tiernos años, no dejes de estarlo en este momento de grandes cambios, o te quedes lejos en estos momentos, ni permitas, te ruego; que sea yo el que ponga el camino, indícame cuál es la mejor ruta para ir en pos de Ti. Amén.
Acción
Esta semana procuremos vivir con amor, cada quien sus retos; especialmente quienes estamos más allá de la mitad del camino de la vida.