¿Es congruente ser cristiano y vivir deprimido?

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Religiosas generan vocaciones sólo con su alegre testimonio de vida

Entre otras cosas, brindan hospedaje y alimentación a mujeres estudiantes de escasos recursos, y acogen en su casa a personas que están de paso en la capital del país. Abimael César Juárez El 23 de julio la Iglesia católica celebra la memoria litúrgica de santa Brígida, patrona de Europa y fundadora de la Orden del […]

  • Entre otras cosas, brindan hospedaje y alimentación a mujeres estudiantes de escasos recursos, y acogen en su casa a personas que están de paso en la capital del país.

Abimael César Juárez

El 23 de julio la Iglesia católica celebra la memoria litúrgica de santa Brígida, patrona de Europa y fundadora de la Orden del Santísimo Salvador, una congregación religiosa femenina de vida monástica activa, que en la República Mexicana cuenta con cinco comunidades: CDMX, Edomex, Jalisco, Michoacán, Baja California y Colima.

En entrevista para Desde la fe, la madre superiora, Anita González, explica que el carisma de las religiosas consiste en promover la unidad de los cristianos mediante el testimonio alegre y ejemplar de vida, un “arma” que ha generado conversiones y vocaciones en torno a la congregación.

Y para muestra basta un botón: en la Arquidiócesis de México, las religiosas brígidas –como se les conoce– cuya casa se encuentra ubicada en Av. Uno No. 57, en San Pedro de los Pinos, acogen a mujeres estudiantes de escasos recursos, que se ven obligadas a trabajar para poder pagar su educación. Por una cuota diaria de cien pesos, las religiosas les ofrecen hospedaje digno y tres comidas diarias.

Además, por una cuota similar, brindan techo a personas –hombre y mujeres– que por alguna razón están de paso en la Ciudad de México, y cuya estancia es corta. La Casa Brígida tiene espacio para hospedar a 36 personas.

Pero el testimonio de vida no sólo se ofrece al interior de la casa, sino que también, gracias a la ayuda de un banco de alimentos privado, algunas empresas y particulares, cada semana, después de Misa, reparten despensas con verduras, frutas y abarrotes a la gente de escasos recursos de la comunidad, por una cooperación de 20 pesos, dinero que se utiliza para pagan el traslado de los productos.

Por si fuera poco, las religiosas también fungen como Ministras  Extraordinarias de la Eucaristía, llevando el Cuerpo de Cristo a los enfermos de la colonia, y colaboran en la iglesia de San Vicente Ferrer impartiendo la catequesis. “No sólo queremos darle alimento material a la gente, también les llevamos el alimento espiritual”, asegura.

¿Crisis vocacional?

En cuanto al tema de las vocaciones, la madre Anita González explicó que cada año realizan un encuentro llamado Pre-Vida, en el que invitan a las jóvenes para que conozcan su carisma. Al principio se pensaba que sólo estarían interesadas las jovencitas de provincia, pero se sorprendieron cuando se percataron que en la Ciudad de México este evento causaba mucha expectativa.

Actualmente en la capital del país hay 19 religiosas brígidas, tienen nueve novicias y cuatro postulantes. Se ha conformado también un grupo con las jóvenes que acuden a vivir su experiencia Pre-Vida, el cual iniciará el postulantado, para después continuar con el noviciado.

“Hemos hecho una promoción vocacional muy fuerte en estos últimos cuatro años. En los grupos juveniles siempre hay deseos de conocer la vida religiosa, incluso en medio de las dificultades. Hay muchas jóvenes que quieren seguir a Dios, pero no reciben el apoyo necesario de sus padres; entonces hay que estar ahí para apoyarlas en ese camino”.

Por no conocer a Dios

Para la Madre Superiora, no deja de ser una preocupación la escasez de vocaciones, pero también la falta de formación de las familias como núcleo fundamental en el que inicia la vida, y la cultura de la muerte que invade la sociedad. Por eso, la congragación también trabaja en la educación de los padres a través de retiros espirituales que ellas mismas organizan. “Les enseñamos la importancia de vivir en comunión a través del sacramento del Matrimonio; también les inculcamos a los papás más respeto hacia sus hijos, y buscamos que juntos, padres e hijos, sigan por el buen camino cristiano”.

La madre Anita González considera que actualmente muchos problemas familiares y sociales se originan por la libertad en que viven muchas parejas, sin estar casadas, y no existe una motivación que haga que los hijos sean deseados, por ello, “hoy en día una jovencita puede abortar con facilidad, porque no tiene el amor fundamental que se inculca en la familia; pero sobre todo, porque no tiene amor, ese amor que viene de Dios, a quien aún no conoce”.