Ángelus Dominical
P. Eduardo Lozano AUNQUE ES DEL TODO ficticio, el diálogo entre los personajes de la serie de televisión española que tiene como eje a Isabel La Católica es ilustrador; el Arzobispo de Toledo toma la palabra ante el Marqués de Villena para instarle a que ponga manos a la obra con su ejército, pues el […]
P. Eduardo Lozano
AUNQUE ES DEL TODO ficticio, el diálogo entre los personajes de la serie de televisión española que tiene como eje a Isabel La Católica es ilustrador; el Arzobispo de Toledo toma la palabra ante el Marqués de Villena para instarle a que ponga manos a la obra con su ejército, pues el derrotero de los acontecimientos ciertamente no era favorable, es entonces que le dice: “Es urgente que pongáis solución, pues os aseguro que el bando de los perdedores nunca ha sido de mi agrado”… EN UNA LÓGICA PARCIAL y egoísta, la frase pone en evidencia lo que es común en la cabeza y corazón humanos, es decir, a nadie le gusta perder ni resultar vencido; y en esa misma lógica parcial y egoísta también tienen raíz las discordias y guerras, o la promoción de enfrentamientos que nos den ventaja y delantera por encima de los demás; en esa lógica coja y ciega no cabe la posibilidad de llegar a acuerdos en los que todas las diversas partes –por antagónicas que parezcan- salgan ganando y bien… CUANDO EL ESQUEMA consiste en que ganando uno el otro necesariamente pierde, pues no hemos superado la ley de la selva, en donde el más fuerte, el más rápido, el más hábil o mañoso termina por eliminar a su presa o competidor; de ahí que la mejor conclusión a toda guerra o contienda sea una paz justa, un progreso real para los bandos todos, un respeto a las partes, una ganancia objetiva y general, un orden estable… AL TÉRMINO DEL VIAJE del Papa a Chile y Perú, rápido se levantó la voz pesimista y avinagrada de opinólogos (si la palabra no existe, les aseguro que los aludidos son muy reales) que calificaron las jornadas papales como el peor de los viajes realizados; me parece que ellos siguen la lógica coja y ciega de vencedores y vencidos, así que la función no fue de su agrado, que se vayan, pues, a otro espectáculo… AL TÉRMINO DE LA GESTIÓN del Cardenal Norberto Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis de México, opinólogos de la misma calaña siguen empeñados en su necedad y empañados en su visión y no quieren encontrar sino derrotados y carencias, errores y fracasos, solo pretenden hallar descuido y acusar ineptitud; es visión pobre y parcial ningunear y hasta olvidar lo arduo de la lucha y el avance objetivo y amplio en tan variadas materias pastorales… A TANTOS SE LES OLVIDA que al frente del Arzobispado (de México o de cualquier otro lugar) no se llega mediante dádivas furtivas a valedores o simpatizantes, ni por ilusiones de campaña electorera sembradas sin discreción, ni tampoco por negociaciones ventajosas o descalificaciones viscerales a las que nos tienen acostumbrados políticos de cualquier color; quienes pertenecemos a la Iglesia aceptamos los procesos y esquemas –muy humanos- que han sido probados por siglos, que se siguen revisando para bien y mejora del Pueblo de Dios, y que se abren al diálogo sincero y honesto con quienes son diferentes; o sea, nos gusta que todos salgamos ganando, que no haya perdedores a excepción del mismito pingo, cuyo mínimo nombre prefiero omitir… MÁS TODAVÍA Y A RIESGO de no ser comprendidos y hasta criticados, vemos y aceptamos que en nuestros legítimos y naturales procesos interviene la mano amorosa y providente de Dios; pertenecemos –y que nadie se ofenda- a una clase muy diferente a la política, a la mediática, a la que sigue meros criterios mundanos, partidistas, económicos y culturales… HEMOS DE ALENTAR tiempos de valoración y gratitud más que tiempos de denostación y persecución; hemos de apostarle a que todos ganemos y no quedar en caminos de divisiones o bandos opuestos e irreconciliables; y con esa tónica ojalá que ya le bajen los opinólogos a que si tal partido o corriente es mejor, a que el que sale mal y el que entra bien, a que unos son execrencia y los otros puritita excelencia… TERMINO MI PÁGINA con pública gratitud al Cardenal Norberto Rivera Carrera, y para no abundar más, sencillamente diré que estas líneas y páginas son esfuerzo continuado y respaldado por muchos que lo hemos tenido como cabeza y pastor, como padre y amigo, como hermano y peregrino en este mundo de Dios (y en este privadísimo paréntesis, le reitero –Don Norberto- mi fraternidad y respeto: ¡pronto nos vemos!)… Y TAMBIÉN CON PÚBLICA palabra de bienvenida y en el ánimo de continuar con la misión que Jesús nos da –y sin paréntesis de por medio para que nadie me crea tan confianzudo- pues esperamos a Don Carlos Aguiar Retes, con quien la Iglesia toda, y esta porción arquidiocesana en especial, seguirá ganando y haciendo ganar a cuantos acepten su presencia y mensaje, sus valores y tradiciones, su historia y futuro… (HOY –QUERIDO LECTOR- como que te veo ganador y yo así merito me siento también: ¡Felicidades!)…