Guía para una buena meditación cristiana
Conoce los pasos para realizar una meditación cristiana que te ayude a tener un encuentro con Dios.
Monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza, Obispo Auxiliar de México, nos ayuda a realizar una buena meditación cristiana con estos sencillos pasos.
Preparación para la meditación cristiana
Paso 1 – antes de la meditación
- Reflexionar acerca de qué me conviene meditar.
- Tener claridad, tener un diálogo con mi director espiritual, sobre aquello que necesito meditar durante un período determinado en mi itinerario espiritual.
- Preparar los puntos de la meditación la noche anterior.
Paso 2 – en el momento de la meditación
- Adoptar una adecuada postura corporal.
- Realizar algunos ejercicios de relajación corporal.
- Realizar algunos ejercicios de respiración.
- Hacer conciencia de la presencia de Dios.
- Hacer una oración preparatoria, preferentemente una invocación al Espíritu Santo.
- Recordar los puntos de la meditación (o releer el texto bíblico que meditaré).
- Meditar uno por unos los puntos previamente fijados.
- Hacer algún propósito que me ayude a llevar a la vida lo que he meditado.
- Establecer un coloquio con el Señor sobre aquello que medité.
- Hacer una oración final: gratitud, alabanza, etc.
Paso 3 – después de la meditación
- Revisar brevemente los puntos meditados durante la mañana en momentos importantes del día. Por ejemplo, a la hora del Ángelus (mitad de la jornada), en alguna visita al Santísimo Sacramento y en el examen de conciencia de la noche.
¿Cómo terminar la meditación cristiana?
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y persígnate.
Consejos prácticos para la meditación cristiana
- Procura no ir a la meditación sin saber sobre qué meditar.
- Elige temas de meditación que respondan a tu etapa de formación y a tus necesidades personales de acuerdo al ritmo y proceso de tu vida espiritual.
- Sé consciente de que algunas veces, aunque hayas preparado los puntos a meditar, Dios nos puede inspirar otros puntos que no teníamos previstos.
- Saber detenerse en los puntos de meditación uno por uno. No abarques todo al mismo tiempo.
- Si Dios te concede muchas luces en uno solo de los puntos de la meditación, quédate ahí, sin preocuparte por pasar al siguiente.
- Detente en los puntos de meditación sin agotar el espíritu (es decir, sin cansar el alma). Cuando se agota un tema, es preferible pasar al siguiente.
- Se pueden ir mezclando las reflexiones con afectos, exclamaciones, jaculatorias, pequeñas frases, afectos, etc.
- Es necesario confrontar hechos de tu vida con las consideraciones que estas realizando. – Es recomendable que a lo largo del día reconsideres, al menos brevemente, los puntos meditados en la mañana para ver qué incidencia están teniendo en la conducta que has estado observando a lo largo de la jornada.
¿Qué ayuda a tener plena atención en la meditación?
- Utiliza elementos físicos que te ayuden: una lectura espiritual (vida de algún santo, obras de los Santos), la Sagrada Escritura, un Rosario, un crucifijo
- Puedes ambientar con música sacra.
- Elige los elementos que estén a su alcance para hacer una buena meditación.
- Si alguien se distrae con su imaginación conviene que lo que esté meditando lo imagine para evitar distraerse.
- Habrá momentos en los que no tengas nada físico, ante esto, una opción es repetir en tu mente una breve oración o un pasaje bíblico que sepas de memoria.
Ejercicio básico de meditación
- Contempla un crucifijo y medita:
- ¿Quién está ahí? ¿Por qué está ahí en la cruz? ¿Qué ha hecho Él por ti?
- Ante el amor de Jesús, responde:
- ¿Qué haces tú? ¿Cómo le has respondido?
- Reflexiona:
- ¿Qué voy a hacer por ti Señor?