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Respeto al amor y a los símbolos sagrados

Cuando en una sociedad no podemos respetarnos unos a los otros en los símbolos más sagrados, difícilmente podremos mirarnos como hermanos.

8 febrero, 2025
Respeto al amor y a los símbolos sagrados
El cirio pascual es símbolo de Jesús Resucitado y Su luz que nos guía en la vida terrenal. Foto: Arquidiócesis de México

El papa Benedicto XVI en su encíclica Deus caritas est nos recuerda que el amor puede manifestarse en tres experiencias: el eros, que nos refiere al cuerpo, a la pasión que nubla la mente y eleva los sentidos hasta el arrebato o “locura divina” como la llamaban los griegos; la filia, que es la amistad o compañerismo que nos une a tantas personas con las que nos encontramos en la vida, y el ágape, con el que expresamos la comunión de corazón y el compromiso total por la vida de quienes se ama.

Las tres experiencias son asumidas por la fe, todas construyen al ser humano si son capaces de vivirse desde la aspiración al ágape divino, pues una vivencia del eros sin compromiso y amor en lugar de elevarnos nos degrada, y una experiencia del ágape, sin compromiso con lo terreno nos desencarna de la realidad, en la cual Dios ha expresado su amor.

Fuimos creados por amor y para el amor, nadie puede negar esto sin degradar su dignidad.
Dios nos ha creado a su imagen y semejanza y por lo tanto llevamos en nosotros la experiencia humana como criaturas y divina como hijos del Padre. Con nuestros ritos, tradiciones y símbolos buscamos expresar esta única experiencia humano-divina.

Quizá en alguna ocasión nos hemos preguntado: ¿por qué los cardenales de la Iglesia católica visten de rojo?, ¿por qué las monjas usan hábito?, ¿qué significado tiene un cirio pascual?, entre muchas dudas más sobre los símbolos religiosos.

Todas las respuestas siempre girarán en torno a Dios, a demostrar el compromiso y el amor que quienes somos creyentes católicos estamos dispuestos a vivir, por Dios y por nuestros semejantes. Por ejemplo, el rojo en la vestimenta de los cardenales, simboliza que están dispuestos a derramar su sangre y a morir por le defensa de la fe; las religiosas y monjas suelen usar hábito, es decir una túnica, a veces acompañada de un velo y tal vez una capa, que simbolizan que renuncian al mundo, para dedicarse al servicio de Dios y de sus semejantes.

Un rosario, que todos conocemos y muchos hemos usado, no es un adorno, es más bien un instrumento que usamos los católicos para ofrecer a Santa Maria Virgen una cadena de oraciones.

El cirio pascual es símbolo de Jesús Resucitado y Su luz que nos guía en la vida terrenal; y así podríamos seguir hablando de muchos símbolos más, que a veces estamos acostumbrados a ver, sin entender porqué se usan.

Es natural que en un mundo secularizado en el que no todos compartimos la misma fe, cuando se representan cuestiones sobre el catolicismo, ya sea en películas, libros, obras de teatro o exposiciones, se cometan errores en el uso de algunos de los símbolos católicos, precisamente por la ignorancia de no conocer lo que representan y por el error de mezclar los símbolos del eros con los símbolos del ágape.

Sin embargo, eso no exime que estas expresiones, aunque sean hechas por personas que no comparten la misma fe, se realicen con el cuidado y el respeto que se merece todo ser humano, pues para millones de personas esas expresiones representan lo más valioso y sagrado que existe, que es el ágape, nuestra comunión con Dios y el hermano.

En una sociedad afectada por la violencia, la intolerancia, el individualismo y la cultura del descarte, consideramos fundamental crecer como sociedad para aprender a mirarnos con mayor compromiso, valorando nuestras expresiones y sobre todo respetando nuestros ritos y símbolos.

Cuando en una sociedad no podemos respetarnos unos a los otros en nuestros símbolos más sagrados, difícilmente podremos mirarnos como hermanos para resolver tantos otros problemas que nos aquejan y que provocan una violencia que ya cansa. Por tal motivo, como católicos abogaremos siempre por la construcción de la paz desde la tolerancia fundamentada en el respeto y el diálogo construido desde la valoración total del prójimo.



Autor

La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.