Justicia y reconciliación en México
Debemos recuperar experiencias en el ámbito de la violencia para generar acciones de reconstrucción del tejido social en cada comunidad y colonia.
El año pasado, tras el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas en la Sierra Tarahumara, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM) convocaron a los fieles y ciudadanos en general a desarrollar y participar en Conversatorios por la Paz. ¿El objetivo? Recuperar experiencias en el ámbito de la violencia para generar acciones de reconstrucción del tejido social en cada comunidad y colonia.
Por esta razón, en la Arquidiócesis de México hemos iniciado con estos conversatorios en parroquias como la Sagrada Familia, en la Colonia Roma, o Cristo Rey de la Paz, en la colonia Irrigación, impulsados por algunas organizaciones, entre ellas, Unión de Voluntades.
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En estos conversatorios, los fieles se hacen preguntas como ¿Cuál es el origen de la Violencia en nuestro ámbito? ¿Cuál es el papel de la familia? ¿Cómo se puede reconstruir y fortalecer un sistema de justicia? En ellos ha habido una riqueza de participaciones, pues desde la sencillez de lo cotidiano, se hacen reflexiones que poco a poco, aplicadas en la vida diaria, pueden generar grandes cambios sociales.
Estos conversatorios pueden replicarse en cada parroquia de nuestra ciudad, e invitamos a los fieles a que se organicen para llevarlos a cabo, pues nuestro país y nuestra ciudad lo necesitan. Lo que cada uno aportemos desde nuestro espacio, nuestra familia, colonia y calle, ayudará a todos a recuperar la paz que parece perdida.
La guía para realizar estas actividades puede consultarse en la propia página de internet de la CEM. En nuestra Arquidiócesis, los conversatorios se seguirán impulsando durante este 2023, pues sin duda dejarán una gran riqueza social y diversas reflexiones entre los participantes, y brindarán herramientas que puedan ser compartidas en otras comunidades.
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Los ciudadanos tenemos que ser artesanos de paz, y para ello hay herramientas que podemos aprender, incluso diplomados en la Construcción de la Paz.
Recordemos que la Paz, la Verdadera Paz, está sembrada en el Corazón de cada ser humano, y nuestro corazón no descansa si no es en el Señor. Podemos perdernos en las inquietudes diarias; en las ambiciones y deseos; en las falsas promesas de bienestar inmediato que nos pueden llegar por quienes también están perdidos, cayendo con ello en conductas ilícitas o soportándolas con la finalidad de buscar nuestra propia comodidad; pero Dios nos dice, “Yo Soy el Camino, La Verdad y La Vida”, sólo amando al prójimo como a uno mismo, lograremos esa reconciliación y paz que necesita nuestro país.