¡Gracias, maestros!
Una labor tan valiosa y fundamental como la de los maestros, ha sido también una de las más subestimadas en nuestro país.
Como cada año, desde 1918, este 15 de mayo en México estaremos celebrando el Día del Maestro, como un reconocimiento a la labor fundamental de los docentes para el sano desarrollo de los estudiantes y el óptimo crecimiento de nuestra sociedad.
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Educar es una misión importante, pues acerca a los jóvenes al bien, a la belleza y a la verdad. En palabras del Papa Francisco: solo cambiando la educación se puede cambiar al mundo. Y los maestros son, junto con los padres de familia, los principales responsables de transmitir los valores e ideas que construyen un futuro en el que la dignidad de la persona y la fraternidad universal son lo más importante.
Sin embargo, una labor tan valiosa como la formación de los futuros líderes, es también una de las más subestimadas. Los maestros destinan no sólo las horas frente al pizarrón: destinan tiempo a prepararse, a pensar en cada uno de los alumnos y adaptarse a los nuevos métodos de enseñanza en beneficio de las nuevas generaciones.
Por ello es responsabilidad de toda la comunidad escolar -padres de familia, maestros y alumnos- propiciar las mejores relaciones en favor de una buena educación, como nos lo pidió el Papa Francisco en el lanzamiento del Pacto Educativo Global.
Es tiempo de que la comunidad escolar genere diálogo y no confrontación. Es tiempo de abrir la escucha a especialistas, a padres y madres de familia, a maestros y directivos. Es tiempo de asumir una corresponsabilidad generosa para sanear las relaciones en el ámbito educativo. Pero, sobre todo, es tiempo de agradecer la labor de los docentes, quienes entregan mucho de sí mismos en el aula en pro del necesario desarrollo de los alumnos.
El Día del Maestro es una buena ocasión para reconocer, agradecer y celebrar a todos los profesionales que trabajan en la enseñanza forjando sueños de futuro en sus alumnos; a aquellos profesionales que se implican integralmente en el crecimiento de los alumnos, que los escuchan con misericordia y compasión; a aquellos que -como dice el Papa Francisco-, no entregan sus conocimientos mentales, sino sus convicciones, su compromiso con la vida.
El Pacto Educativo Global señala que “la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación”.
Pidamos a Jesús Maestro por todos los maestros de nuestro país, para que los llene de sabiduría y los sostenga en su importante misión de enseñar, y que Santa María de Guadalupe acompañe siempre su caminar.