El desprecio por la vida humana en la Corte
Eliminar el tipo penal del aborto hasta los nueve meses: una propuesta que inquieta por su impacto en la dignidad humana y la salud de la mujer.
Con sorpresa nos hemos enterado, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha enlistado un proyecto de sentencia de una Acción de Inconstitucionalidad, en materia de aborto.
La mayor sorpresa consiste en los alcances que se buscan en la sentencia: eliminar el tipo penal de aborto, es decir, permitir el aborto de seres humanos en desarrollo, durante los 9 meses de embarazo.
Y como si fuera poco, la sesión de la Corte para discutir dicho proyecto, se realizaría el 6 de enero.
Menudo regalo le presentan en la Epifanía al Niño Jesús: la desprotección total de los bebés por nacer.
El proyecto de sentencia está influenciado por una ideología muy clara, la de la cultura del descarte, para eliminar sin problema alguno al ser humano que se convierte en un obstáculo.
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Las únicas referencias para presentar este proyecto, son argumentos sin referencia estadística o científica, generados por una organización social, que tampoco menciona sus fuentes documentales, médicas o científicas.
Esta sentencia no toma en cuenta el riesgo en la salud de las mujeres que recurren al aborto como una solución a un problema, pues con cada semana que avanza el embarazo, el riesgo en la salud de la mujer que aborta es mayor.
Tampoco toma en cuenta el desarrollo del ser humano que ahora la ciencia nos permite conocer, comparado con hace 18 años, que fue la primera vez que se despenalizó esta práctica en México.
Hoy sabemos que el ser humano desarrolla su sistema nervioso desde la semana siete de gestación; esto quiere decir que un bebé cuando es abortado después de la séptima semana, siente y sufre lo que le están haciendo.
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Vemos un proyecto de sentencia con deficiencias metodológicas, invasivo de las facultades constitucionales de los Congresos, y que, en la práctica, estaría haciendo del aborto un derecho absoluto, cuestión que no es aceptada a nivel internacional.
Como resultado podríamos ver más desprecio por la vida, porque si eliminar una vida inocente forma parte de un derecho, entonces en cualquier momento es posible deshacerse de quien estorba a cualquier proyecto.
También se elevaría la mortalidad materna inevitablemente, y como sociedad, endureceríamos nuestro corazón al defender más del sufrimiento a cualquier especie animal, pero no defender al ser humano en gestación.
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Estamos a tiempo de que el proyecto sea modificado y tome en cuenta los datos científicos, médicos y sociales reales en torno a este fenómeno del aborto, por el bien de las mujeres, de las familias de México, de la sociedad entera y de nuestro país.
Que Dios ilumine a los nuevos ministros de la Corte, y que Nuestra Señora de Guadalupe nos siga acogiendo con amor y nos muestre el cariño que debemos como sociedad a toda mujer embarazada, para que eliminar la vida de los hijos nunca sea una opción.

