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COLUMNA

Convicciones

Sheinbaum, continuidad garantizada

Su discurso del pasado 15 de agosto fue dejar de manifiesto, sobre aviso no hay engaño, que su proyecto de gobierno será una continuidad

18 agosto, 2024
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Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político. 

La candidata a la presidencia Claudia Sheinbaum, por la alianza Morena-PVEM-PT, siempre dijo que seguiría el proyecto de país que puso en marcha su líder y mentor el presidente López Obrador.

Ya como presidenta electa, una y otra vez, en ocasiones sola y en otras acompañando al presidente en sus giras de fin de semana insiste en que continuará el proyecto de su mentor.

El pasado 15 de agosto, en el Teatro Metropolitán de la Ciudad de México, al recibir la constancia de mayoría como presidenta electa de manos del TEPJF, su discurso se centró en dar continuidad del proyecto de su antecesor.

Hay una evidente necesidad de la ahora presidenta electa de dejar en claro que ella habrá de continuar el proyecto de su líder y mentor. Lo hace como si tuviera que convencer a quienes dudas de eso.  

El mensaje está destinado a las bases morenistas, creadas por el presidente, que son las que le dieron la victoria en la elección del pasado dos de junio.

No son bases de ella sino del presidente, que en días deja su cargo, y las necesita para gobernar. Son a ellas a quien les dice que confíen, que siempre será fiel a su líder, que también es el suyo.

Pero sobre todo tiene como destinatario al propio presidente, que en una mañanera anunció que siempre que lo considere necesario haría uso de su “derecho a disentir”.

Si Sheinbaum no se alinea a los que quiere López Obrador, él y sus bases morenistas, serán su peor enemigo, pero si hace lo que quiere siempre tendrán su apoyo.

Su discurso del pasado 15 de agosto fue dejar de manifiesto, sobre aviso no hay engaño, que su proyecto de gobierno será una continuidad, sin moverla una coma, al de su antecesor.

La reacción del presidente, a quien en primer lugar estaba destinado ese discurso, no se hizo esperar y dijo, entre otras cosas: “(…) ya me puedo ir tranquilo, no solo con mi conciencia y con el deber cumplido, sino porque , a quien voy a entregar la banda presidencial, es una mujer excepcional y vamos a inaugurar una nueva etapa”.

Amigas y amigos académicos que votaron por Claudia Sheinbaum, me insisten en que ella se ha tenido que alinear en todo con el presidente, para llegar a donde ahora está, pero que a partir del 1 de octubre empezará a surgir la verdadera presidenta.

Estoy convencido, por muchas razones, que eso nunca va a suceder y que a lo largo de su mandato, ella siempre se va a mantener fiel al proyecto trazado por su líder y mentor. Ya veremos. En este espacio daremos seguimiento a su gobierno.


Autor

Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.