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3 razones para estudiar la Doctrina Social de la Iglesia

La Doctrina Social de la Iglesia da luces, desde las Sagradas Escrituras y la sabiduría milenaria de la Iglesia, para transformar a la sociedad a la luz del Evangelio.

8 noviembre, 2022
Muchas veces pensamos que como creyentes no podemos involucrarnos en cuestiones sociales. Pero ¿y si te dijera que como creyentes no podemos abdicar de nuestra participación en la vida social y política? (ChrFL, 42) Como cristianos tenemos el deber de contribuir en la transformación de la sociedad a la luz del Evangelio y para ello la Doctrina Social de la Iglesia da claves de acción. En este sentido, te presento 3 razones para estudiarla. 1.- La fe es de naturaleza social. A pesar de que muchas personas consideran que la fe es algo privado e íntimo, lo cierto es que su naturaleza es social. A través de la fe no solo nos relacionamos con Dios, sino también con nuestros hermanos y hermanas, así como con la creación entera. Esta dimensión social no solo se expresa en el culto público, sino también en la lucha y la defensa de la dignidad de la persona humana, la consecución y salvaguarda del bien común, la lucha por el acceso universal a los bienes creados, el fomento de la participación, el respeto a la subsidiariedad y el fortalecimiento de la solidaridad. Además, Cristo mismo se identifica con los más necesitados a tal grado que pone como criterio de salvación todo lo que hayamos hecho o dejado de hacer para con los más pequeños. (Mt 25, 31-46) De esta forma, lo social en la fe no es un accesorio o un agente extraño, sino que es parte de su constitución esencial. 2.- La evangelización, es decir, el anuncio del Reino de Dios supone una férrea denuncia contra las condiciones y estructuras que impiden su instauración. Nos encontramos ante verdaderas estructuras de pecado que, enraizadas en el pecado personal, se entrelazan de tal modo que condicionan el comportamiento de las personas. Esta denuncia la encontramos tanto en los profetas como en Cristo mismo. En este mismo sentido, aunque en tanto pecado se señala la necesidad de la conversión, también se subraya la posibilidad de cambio. Es decir, estas estructuras no son naturales, no están dadas, sino que son el resultado de las acciones de los seres humanos, que pueden y deben cambiarse. 3.- La Doctrina Social de la Iglesia da luces, desde las Sagradas Escrituras y la sabiduría milenaria de la Iglesia, para transformar a la sociedad a la luz del Evangelio. Es decir, da pautas de acción que trascienden las ideologías políticas, de modo que ni las propuestas de derecha ni las de izquierda agotan enteramente la gran riqueza de la propuesta de la DSI. A lo largo de la historia, las y los creyentes han dado innumerables ejemplos de cómo hacer vida las enseñanzas sociales de la Iglesia. Algunos ejemplos los encontramos en la Escuela de Salamanca quienes desde su defensa de la dignidad humana de los indígenas contribuyeron a fundamentar los derechos humanos; las comunidades eclesiales de base fueron pioneras en nuevas formas de ser Iglesia y en la defensa los más desfavorecidos en América Latina, solo por poner un par de ejemplos. Y tú, ¿ya conoces la Doctrina Social de la Iglesia? Por: David Vilchis, responsable de investigación del Instituto Mexicano de Doctrina Social (IMDOSOC) Más artículos del autor: Tesoro de la Iglesia Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.      
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Muchas veces pensamos que como creyentes no podemos involucrarnos en cuestiones sociales. Pero ¿y si te dijera que como creyentes no podemos abdicar de nuestra participación en la vida social y política? (ChrFL, 42) Como cristianos tenemos el deber de contribuir en la transformación de la sociedad a la luz del Evangelio y para ello la Doctrina Social de la Iglesia da claves de acción. En este sentido, te presento 3 razones para estudiarla.

1.- La fe es de naturaleza social. A pesar de que muchas personas consideran que la fe es algo privado e íntimo, lo cierto es que su naturaleza es social. A través de la fe no solo nos relacionamos con Dios, sino también con nuestros hermanos y hermanas, así como con la creación entera. Esta dimensión social no solo se expresa en el culto público, sino también en la lucha y la defensa de la dignidad de la persona humana, la consecución y salvaguarda del bien común, la lucha por el acceso universal a los bienes creados, el fomento de la participación, el respeto a la subsidiariedad y el fortalecimiento de la solidaridad. Además, Cristo mismo se identifica con los más necesitados a tal grado que pone como criterio de salvación todo lo que hayamos hecho o dejado de hacer para con los más pequeños. (Mt 25, 31-46) De esta forma, lo social en la fe no es un accesorio o un agente extraño, sino que es parte de su constitución esencial.

2.- La evangelización, es decir, el anuncio del Reino de Dios supone una férrea denuncia contra las condiciones y estructuras que impiden su instauración. Nos encontramos ante verdaderas estructuras de pecado que, enraizadas en el pecado personal, se entrelazan de tal modo que condicionan el comportamiento de las personas. Esta denuncia la encontramos tanto en los profetas como en Cristo mismo. En este mismo sentido, aunque en tanto pecado se señala la necesidad de la conversión, también se subraya la posibilidad de cambio. Es decir, estas estructuras no son naturales, no están dadas, sino que son el resultado de las acciones de los seres humanos, que pueden y deben cambiarse.

3.- La Doctrina Social de la Iglesia da luces, desde las Sagradas Escrituras y la sabiduría milenaria de la Iglesia, para transformar a la sociedad a la luz del Evangelio. Es decir, da pautas de acción que trascienden las ideologías políticas, de modo que ni las propuestas de derecha ni las de izquierda agotan enteramente la gran riqueza de la propuesta de la DSI. A lo largo de la historia, las y los creyentes han dado innumerables ejemplos de cómo hacer vida las enseñanzas sociales de la Iglesia. Algunos ejemplos los encontramos en la Escuela de Salamanca quienes desde su defensa de la dignidad humana de los indígenas contribuyeron a fundamentar los derechos humanos; las comunidades eclesiales de base fueron pioneras en nuevas formas de ser Iglesia y en la defensa los más desfavorecidos en América Latina, solo por poner un par de ejemplos.

Y tú, ¿ya conoces la Doctrina Social de la Iglesia?

Por: David Vilchis, responsable de investigación del Instituto Mexicano de Doctrina Social (IMDOSOC)

Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.