¿Sabes qué nos revela la Ascensión de Jesús sobre Su Resurrección?
¡Celebremos la Ascensión de Jesús Resucitado con la alegría de saber que no es ausencia, sino diferencia de presencia
Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.
Este domingo celebramos la Ascensión del Señor, ese momento en el que Sus Apóstoles lo vieron elevarse al Cielo, volver al Padre (ver Lc 24, 46-53).
Es un hecho con el que estamos familiarizados porque lo meditamos en uno de los Misterios Gloriosos del Rosario. Pero tal vez no hemos reflexionado en un aspecto muy importante que nos ayuda a entender mejor la Resurrección de Jesús. Se trata de lo siguiente: que hay un antes y un después de la Ascensión, que marca una gran diferencia en la manera como los Apóstoles se relacionaron con Jesús.
Desde que Jesús resucitó y se apareció, no sólo a Sus Apóstoles, sino a cientos de personas, podían verlo, tocarlo, hablar con Él cara a cara, incluso comer con Él. Eso prueba que la Resurrección fue un hecho real, comprobable, palpable, histórico.
No se trató de un invento o de una metáfora. Verdaderamente convivieron con Jesús durante cuarenta días. Entonces llegó el día de su Ascensión y después de ésta ya no lo vieron más. Ya no estaba físicamente visible entre ellos. Ahora sólo podían encontrarse con Él realmente Presente, pero oculto, en la Eucaristía. Ya no podían dialogar con Él como antes, pero sí dirigirle Su oración, con la seguridad de que los escuchaba, aunque no lo escucharan a Él, pues no volvió al Cielo para desentenderse de ellos, sino para interceder por ellos, y para enviarles al Espíritu Santo.
Tras la Ascensión hubo un cambio notable, pero no lamentable. Ese antes y después nos permite dejar de lamentar no haber sido de los que tuvieron la dicha de convivir con Jesús, pues estamos en las mismas circunstancias que tuvieron cuando Él ascendió: tanto ellos como nosotros, nos encontramos con Él de la misma manera: en Su Palabra, en los Sacramentos, al orar, al amar, al ayudar, al perdonar.
¡Celebremos la Ascensión de Jesús Resucitado con la alegría de saber que no es ausencia, sino diferencia de presencia.
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*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe
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