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Un lugar para ser sociables

  • En este centro de espiritualidad se reúnen más de 100 adolescentes; juntos desarrollan sus habilidades.

Por Alejandro Feregrino

Al visitar el templo de San José El Altillo salta inmediatamente a la vista su belleza arquitectónica, por lo que no resulta extraño que sea una de las iglesias preferidas de la Ciudad de México para la celebración de bautismos y enlaces matrimoniales. Sin embargo, si esa visita se realiza cualquier sábado del año es fácil identificar el verdadero tesoro de esta iglesia: su Pastoral Juvenil.

Cada ocho días, un nutrido grupo de adolescentes se reúne para participar en las diferentes actividades de los grupos juveniles Éxodo, Emaús y Universitario, de los Misioneros del Espíritu Santo. La jornada termina a las 19:00 horas, con una Misa que suele reunir a más de cien muchachos y muchachas.

En entrevista con Desde la fe, el padre David García, asesor religioso de Éxodo Altillo, destacó la importancia de la Pastoral Juvenil, pues permite dar acompañamiento espiritual a los adolescentes en momentos clave de su formación.

“Un chiquillo que apenas entró el semestre pasado nos platicaba que antes de entrar tenía dificultades para hacer amigos y para sentirse integrado, y estos grupos les permiten ser más sociables”.

El templo de El Altillo fue construido en 1951 en el casco de una antigua hacienda, por los reconocidos arquitectos Enrique de la Mora y Félix Candela.  El pasado 22 de octubre cumplió 50 años como Centro de Espiritualidad, con diversas actividades, como catequesis, coro, pastoral juvenil y social y cursos de biblia y tanatología, entre otros.

Éxodo es el grupo más numeroso, y está formado por adolescentes menores de 16 años, llamados cariñosamente “exoditos”, quienes se reúnen en grupos con el nombre de las 12 tribus de Israel. Sus dirigentes son jóvenes universitarios que los guían y acompañan con dinámicas, reflexiones y oración.



“Es muy raro que chicos de nuestra edad estén lo sábados  prestando un poco de su tiempo dando un servicio religioso. Todos aquí estamos por gusto, porque nos apasiona”, explicó Fernanda, coordinadora de Éxodo Altillo.

“Creemos que es un grupo muy completo para los chavos y que cambia muchas vidas, pues los acompaña en esa etapa en la que salen de la niñez y están entrando a la adolescencia o a convertirse en adultos jóvenes”, explica, por su parte, Pablo, el subcoordinador.

El Movimiento Éxodo, cuya espiritualidad se ha confiado a los Misioneros del Espíritu Santo, nació en Puebla en 1984, y tiene alrededor de 200 tribus y más de 2,700 miembros activos en diez estados el país. Además, están presentes en España, Colombia y Estados Unidos.

El Altillo fue el cuarto grupo de Éxodo en México y el primero en formarse fuera de Puebla, en 1992.

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