¿Cómo hacer de nuestra familia una Puerta Santa de amor y esperanza?
La familia, como Puerta Santa, se abre a través del amor y la intimidad, esenciales para vivir una comunidad auténtica con Cristo.
El matrimonio y la familia se vuelven signos de esperanza para la humanidad, de acuerdo con la bula de convocación del Jubileo Ordinario, “La esperanza no defrauda” en este Año Santo, pero ¿de qué manera podemos convertir a la familia en nuestra Puerta Santa?
En un encuentro personal con Cristo se puede abrir la Puerta Santa de la familia, pues es el corazón de lo que somos, ahí no se puede mentir, ni manipular y esa es la única manera de entrar en comunión con Cristo y con Dios, explicó Monseñor Enrique Glennie Graue, dentro del ciclo de conferencias con motivo del Mes de las Familias.
Recordemos que una Puerta Santa es un acceso especial a un espacio sagrado, que se abre en ocasiones significativas, como los Jubileos, además es un símbolo de la misericordia de Dios y un llamado a la conversión.
El también Canónigo Emérito de la Basílica de Santa María de Guadalupe, explicó que el Papa Francisco resume a la familia como “es el primer lugar donde se aprende a amar” y por ello, la familia en su ser y en su actuar, debe ser una íntima comunidad de vida.
“Sin el amor, la familia no puede crecer y perfeccionarse como comunidad de personas. Cuando hablamos de comunidad no siempre se integra un aspecto importante de las relaciones de las personas: la intimidad”, asegura monseñor Glennie, especialista en matrimonio y familia.
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Aseguró que la intimidad es un espacio reservado en el corazón, y si no se abre al amor de Dios a través de Cristo, no puede haber familia, amor ni matrimonio.
“Primero debemos ser honestos con nosotros mismos para después entender el corazón de los otros, en este caso, la familia. Por tanto, los de una intimidad personal son la serenidad, el autoconocimiento, la cultura, la autoestima, la vida auténtica y la felicidad y el lugar privilegiado para la intimidad es siempre la familia”.
Puntualizó que estamos llamados a compartir a Cristo, a hacer instrumentos de ese amor en el matrimonio, en la familia y en los ambientes sociales; de traducirlo a través de la cercanía, la ternura, el amor, especialmente con las personas más necesitadas.
“Entonces, hacer de nuestras familias una Puerta Santa para reparar las heridas del mundo, construyendo una civilización, lo decía el Papa San Pablo VI, una civilización del amor que se fundamenta en la justicia, la paz, la reconciliación”, finalizó.
Estas conferencias se realizan todos los martes de este mes de la familia, a las 19:30 horas, a través de zoom, o bien de en la página de Facebook de la Pastoral Familiar Arquidiócesis de México.