“No hay verdad definitiva. ¡La única verdad para un creyente es Cristo! Pero la honestidad en la historia es necesaria”. Lo afirmó monseñor Francisco Javier Acero, Obispo Auxiliar de México, al inaugurar un ciclo de conferencias llevado a cabo por la Arquidiócesis Primada en la sede de la Agrupación Leonesa de México, Casa de Castilla y León, en el marco de los 500 años de la llegada de los franciscanos a la nación.
Con respecto a la evangelización, dijo que no duda “que haya habido sombras y abusos” en aquel complejo proceso, porque ocurrían “luchas y enemistades” que más tarde se complicaron.
Sin embargo, dejó claro que abundan leyendas negras que buscan restarle relevancia y trascendencia a la evangelización de América, la cual calificó como “un hito histórico poco reconocido tanto en España como en América”.
Igualmente, lamentó que “la falta de identidad, de cultura y el complejo de inferioridad de ambos lados hayan hecho perder estos grandes acontecimientos dentro de la historia de América”.
El prelado destacó que en este marco “la Virgen de Guadalupe aparece para integrar, pacificar y acoger a todos sus hijos”, y sostuvo que “no podemos comprender el fenómeno (guadalupano) sin la llegada de los doce frailes franciscanos en 1524, a los que se unirían los dominicos en 1526 y los agustinos en 1533”.
Monseñor Francisco Javier Acero también se refirió a la reina Isabel I de Castilla y a su proceso de beatificación, no exento de polémicas.
Dijo que la intención primera y la preocupación de Isabel era “predicar el evangelio en América” y que las órdenes religiosas contaban con respaldo de la corona española. En efecto, aquel “régimen siempre fue virreinato” y no se trataba de una colonia, por lo que “todos tenían los mismos derechos y deberes que cualquier ciudadano que vivía en España”.
De igual manera, citó un fragmento del testamento de la reina en el que “queda patente su defensa por los derechos de los indios. Y así dice: ‘Y no consientan ni den lugar a que los indios vecinos y moradores de dichas islas y tierra firme ganados y por ganar reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio ha recibido lo remedien”.
En este aspecto, afirmó que Isabel I “fue pionera de lo que hoy conocemos como derechos humanos”.
Por su parte, fray Antonio Huerta Soto, de la Orden de Frailes Menores (OFM), brindó luces al público reunido en la sede de la Agrupación Leonesa de México, Casa de Castilla y León, sobre el sistema de elección y preparación de los primeros franciscanos para evangelizar en la Nueva España.
Dijo que para los llamados doce apóstoles no había “súbditos o vasallos”, sino “almas que Dios ha puesto en las manos del soberano para que ellos puedan incorporar a la Iglesia y así puedan salvarse”, y sostuvo que se trató de una tarea importante “que implicaba estar muy cimentados en la fe”.
Destacó que los misioneros actuaron “impulsados por el solo deseo, a ejemplo de Cristo, de buscar la honra de Dios, y la luz de las almas perdidas”, por lo que aquella evangelización tuvo por motivo “la inspiración divina, de la que habla la regla franciscana”, una en la que “la fe y la providencia fueron clave”.
También participó como ponente el Consejero de Derechos Humanos, José Luis Espinosa Piña, quien calificó al grupo de españoles como apóstoles “porque lo entregaron todo”, y detalló que sus semillas de fe “fueron fértiles” y “dieron árboles frondosos”.
Tras señalar que “los franciscanos son los auténticos fundadores de la Iglesia de la Nueva España”, hizo referencia a la determinación de las leyes de Indias y las acciones de Francisco de Vitoria para argumentar que “no hubo nación europea pionera en los derechos humanos como fue España”.
Posteriormente, el ex embajador y doctor en Historia, Manuel Hernández Ruigomez, se expresó sobre los valores de aquella evangelización.
El diplomático aseguró que la acción de los franciscanos es “una obra que no tiene parangón en el mundo, ni por la magnitud de su objetivo, ni por su continuidad a lo largo de los siglos, ni por los resultados obtenidos”.
Dijo que lo sucedido hace 500 años surge “en el marco de una estrecha vinculación entre ocupación, expansión y evangelización”. Y agregó que “la historia de España no se entiende sin su esencia católica, guste o no guste”.
El ciclo de conferencias realizado en la sede de la Agrupación Leonesa de México, Casa de Castilla y León, es una iniciativa de la Arquidiócesis Primada de México para analizar la “Primera Evangelización en la Nueva España (1524-2024)”. Es coordinado por la Vicaría de Laicos en el Mundo como parte de la celebración de los 500 años de la llegada de los 12 franciscanos con los que comenzó el proceso de evangelización en América.
La actividad se integra a los preparativos para celebrar los 500 años de fundación de la Arquidiócesis de México que se cumplirán en 2030, y los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe que serán celebrados en 2031.
Para cerrar el ciclo de conferencias, Monseñor Francisco Javier Acero destacó el agradecimiento de la Arquidiócesis Primada de México a la comunidad española residente en México, que ha apoyado esta iniciativa por medio de sus diversos centros culturales.
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