Page 24 - Impreso
P. 24

 página 6 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 23 de enero de 2022
 Con muros no se edifica la única familia humana
VIENE DE LA PÁGINA 5
blarse directamente para poder llegar a vivir en dos estados, uno junto al otro, en paz y seguridad, sin odio ni resenti- miento, pero curados por el perdón re- cíproco.
Las tensiones institucionales en Libia son motivo de preocupación, así como también los episodios de violencia pro- vocados por el terrorismo internacio- nal en la región del Sahel y los conflic- tos internos en Sudán, Sudán del Sur y Etiopía, donde es necesario «encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate sincero, que ponga las exigencias de la población en pri- mer lugar» [7].
Las desigualdades profundas, las in- justicias y la corrupción endémica, así como las diversas formas de pobreza
tes que nunca para hacer frente, con sa- biduría y eficacia, a la crisis que afecta desde hace casi un año a Myanmar, donde las calles que antes eran lugares de encuentro son ahora escenario de enfrentamientos, que no perdonan ni siquiera los lugares de oración. Evidentemente, todos los conflictos se ven facilitados por la abundancia de armas disponibles y la falta de escrú- pulos de quienes se encargan de difun- dirlas. A veces nos hacemos la ilusión de que las armas sólo sirven para disua- dir a posibles agresores. La historia, y por desgracia también las noticias, nos enseñan que no es así. Quien tiene ar- mas, tarde o temprano acaba usándo- las, porque, como decía san Pablo VI, «no es posible amar con armas ofensi- vas en las manos» [8]. Además, «cuan- do nos entregamos a la lógica de las ar-
rencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de las Armas Nucleares, que estaba prevista en Nueva York pa- ra estos días. Un mundo sin armas nu- cleares es posible y necesario. En este sentido, deseo que la comunidad inter- nacional aproveche la oportunidad de dicha conferencia para dar un paso sig- nificativo en esta dirección. La Santa Sede sigue insistiendo en que las armas nucleares son instrumentos inadecua- dos e inapropiados para responder a las amenazas a la seguridad en el siglo XXI y que su posesión es inmoral. Su fabricación desvía recursos a las pers- pectivas de un desarrollo humano inte- gral y su uso, además de producir con- secuencias humanitarias y medioam- bientales catastróficas, amenaza la existencia misma de la humanidad. La Santa Sede considera también impor- tante que la reanudación de las nego- ciaciones en Viena sobre el Acuerdo Nuclear con Irán (Joint Comprehensive Plan of Action) pueda alcanzar resulta- dos positivos para garantizar un mun- do más seguro y fraterno.
Queridos embajadores:
En mi mensaje para la Jornada Mun- dial de la Paz, celebrada el pasado 1 de enero, he querido destacar los elemen- tos que considero esenciales para fo- mentar una cultura del diálogo y la fra- ternidad.
Un lugar especial lo ocupa la educa- ción, a través de la cual se forman las nuevas generaciones, que son la espe- ranza y el futuro del mundo. Es el vec- tor principal del desarrollo humano in- tegral, ya que hace a la persona libre y responsable [10]. El proceso educativo es lento y complicado, a veces puede llevar al desánimo, pero nunca se pue- de abandonar; es una expresión emi- nente del diálogo, porque no hay ver- dadera educación que no sea dialógica en su estructura. Asimismo, la educa- ción genera cultura y construye puen- tes de encuentro entre los pueblos. La Santa Sede ha subrayado el valor de la educación participando en la Expo Dubái 2021, en los Emiratos Árabes Unidos, con un pabellón inspirado en el tema de la Exposición: “Conectando
  que ofenden la dignidad de las perso- nas, también siguen alimentando los conflictos sociales en el continente americano, donde la polarización cada vez más fuerte no ayuda a resolver los problemas reales y urgentes de los ciu- dadanos, especialmente de los más po- bres y vulnerables.
La confianza mutua y la voluntad para un debate sereno deben animar a todas las partes implicadas para encontrar soluciones aceptables y duraderas en Ucrania y en el Cáucaso meridional, así como evitar la apertura de nuevas crisis en los Balcanes, sobre todo en Bosnia y Herzegovina.
Diálogo y fraternidad son más urgen-
mas y nos alejamos del ejercicio del diálogo, nos olvidamos trágicamente de que las armas, antes incluso de cau- sar víctimas y ruinas, tienen la capaci- dad de provocar pesadillas» [9]. Estas preocupaciones se concretan aún más hoy en día por la disponibilidad y el uso de armamentos autónomos, que pueden tener consecuencias terribles e imprevisibles, mientras que deberían estar sujetas a la responsabilidad de la comunidad internacional.
Entre las armas que la humanidad ha producido, las nucleares son motivo de especial preocupación. A finales de di- ciembre pasado se pospuso de nuevo, por causa de la pandemia, la X Confe-



















































































   22   23   24   25   26