Nuevas alternativas para satisfacer las necesidades de todos

Leer más
COLUMNA

La voz del Obispo

Adviento: La venida de alguien que está por llegar

El Salvador vendrá, no para ser de nuevo juzgado, sino para llamar a su tribunal a aquellos por quienes fue llevado a juicio

1 diciembre, 2025
POR:
Autor

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México desde el 24 de agosto de 2021. Es el primer obispo mexicano emanado del Camino Neocatecumenal. 

Al celebrar cada año el adviento, la Iglesia actualiza la espera del Mesías, cada vez que participamos en la preparación de la primera venida del Salvador, renovamos el deseo de su segunda venida.

La palabra Adviento procede del latín, y significa venida: la venida inminente de algo o alguien que está al llegar y que, además, esperamos ardientemente. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza: espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal.

Se nos invita a la conversión como una forma de estar preparados, por tal motivo, la liturgia de este tiempo nos llevará a profundizar en el misterio de nuestra fe mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista.

Es un tiempo de gracia y conversión, en el que, como nos dice San Carlos Borromeo: “La Iglesia desea vivamente hacernos comprender que así como Cristo vino una vez al mundo en la carne, de la misma manera está dispuesto a volver en cualquier momento, para habitar espiritualmente en nuestra alma con la abundancia de sus gracias, si nosotros, por nuestra parte, quitamos todo obstáculo”.

En la primera venida, el Señor se manifestó en la tierra y convivió con los hombres. En la última, todos verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron. En la primera venida fue envuelto con fajas en el pesebre y soporto la cruz; en la segunda se revestirá de luz, vendrá glorificado, y escoltado por un ejército de ángeles. Por lo que en el adviento, no pensamos, pues, tan sólo en la venida pasada sino que esperamos también la futura. El Salvador vendrá, no para ser de nuevo juzgado, sino para llamar a su tribunal a aquellos por quienes fue llevado a juicio.

En el tiempo de adviento nos preparamos para celebrar el nacimiento del Jesús, Dios que se hace hombre y habita entre nosotros, y al mismo tiempo, nos disponemos interiormente esperando la segunda venida del Señor, misma que él mismo prometió.

En la profesión de fe también hacemos presente esta doble dimensión, decimos que creemos en Aquel que nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Vendrá, pues, desde los cielos, nuestro Señor Jesucristo, vendrá en el último día, con gloria y se realizará entonces la consumación de este mundo.

Así pues, en el adviento recordamos la encarnación de nuestro Señor Jesucristo en la expectante espera de la reinstauración del Reino eterno.

“Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará nuestro cuerpo a imagen de su cuerpo glorioso, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas”. (Flp 3,20-21).


Autor

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México desde el 24 de agosto de 2021. Es el primer obispo mexicano emanado del Camino Neocatecumenal.