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Sínodo: María inspira un modelo de Iglesia no machista y anticlerical

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  • Con la 16° Congregación General del Sínodo, han concluido las intervenciones de los Padres sinodales sobre la tercera parte del Instrumentum Laboris dedicada al tema “Elegir”, en la que se habló sobre el papel de la mujer en la Iglesia, la lucha contra la exclusión, y la necesidad de establecer una “pastoral juvenil renovada y creíble”.

Vatican News

Sofía Lobos – Ciudad del Vaticano

Asegurar la presencia de las mujeres en la Iglesia otrogándoles el espacio, el protagonismo y el poder de decisión que les corresponde en igualdad de derechos con los hombres, fue el tema central de la 16° Congregación General del Sínodo que se celebra en el Vaticano.

“Es urgente y necesario rechazar cualquier forma de exclusión o prejuicio; así como acelerar los procesos de lucha contra la cultura machista y el clericalismo para desarrollar el respeto por la mujer y el reconocimiento de sus carismas”, explican los Padres sinodales preguntándose sobre la posibilidad de realizar un futuro Sínodo dedicado a este tema.

“La inspiración sigue siendo María, modelo de humildad para la Iglesia: cercana a la voluntad de Dios, alejada del Espíritu del mundo y de la carrera clerical o laical”, añaden.

Jóvenes, actores de la vida y de la misión

En este contexto, los prelados invitan a los educadores adultos a realizar un examen de conciencia, es decir, a comprender si Jesús está en el centro de su trabajo o si se limitan a “transmitir sólo preceptos, hoy llamados valores con una pastoral de conservación”.

De hecho, hace falta concreción cuando se enfoca el mundo de los jóvenes desde centros, como las escuelas y las universidades, donde en algunos países, tiene lugar el primer contacto con la Iglesia.

«A la juventud hay que explicarle la bondad de las castidad prematrimonial así como el respeto por los valores de la honestidad y el bien común. La Iglesia no sólo debe proponer una dirección, sino “ser en salida” y abirse espacio en el mundo creando ágoras y lugares de encuentro para que los jóvenes sean actores de la vida y de la misión», subraya la Asamblea destacando que los ojos del Sínodo ya se dirigen a la JMJ de Panamá con el deseo de que produzca tantos frutos en el campo vocacional.

Dios es el “Gps” de los jóvenes, guía sus pasos

También se debe ayudar a los jóvenes a permanecer conectados con Dios, el “Gps” de sus vidas. Pero frente a los desafíos del mundo contemporáneo, los Padres sinodales exhortan a no negar los símbolos del cristianismo, ni dejar que la religión católica sea ridiculizada y, sobre todo, a luchar contra el flagelo de los abusos. De ello depende la credibilidad de la Iglesia. Hay que vivir entre la gente: “tener el olor de los jóvenes”; sin perder como referencia a Cristo “el único líder que buscamos”, digno de ser amado y seguido.

Curar las heridas en las zonas de guerra

El tema de la guerra también se abordó en esta Congregación General, especialmente citando el conflicto de Ucrania que dura ya cinco años, así como el sufrimiento de los jóvenes católicos de la República Centroafricana amenazados por la violencia, el fundamentalismo y el sincretismo religioso:



“Factores que causan heridas difíciles de curar”, afirman los participantes en el Aula, reflexionando asimismo, sobre el drama de la trata de seres humanos, una “lacra social” contra la que hay que luchar y sobre la cual se solicita que se trate con mayor profundidad en el documento final del Sínodo.

Iglesia vieja y a la vez siempre joven

Otro de los momentos destacados de esta jornada fue la intervención del delegado fraterno, el metropolitano Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, quien trajo un saludo especial de Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia.

“La Iglesia, vieja y siempre joven -dijo-, conserva la milenaria Tradición Cristiana, una fuerza que transfigura y cambia el mundo que la rodea. La participación de representantes de las Iglesias no católicas en el Sínodo se ha convertido en una buena tradición que da testimonio del nivel cada vez más alto de colaboración intercristiana en los temas más importantes de nuestro tiempo que conciernen a todos los cristianos, independientemente de su confesión”.

Hilarión subrayó el valor de la colaboración fraterna ortodoxo-católica frente a la descristianización, el secularismo, la negación de los valores cristianos y la persecución. “La misión común es enseñar a los jóvenes a distinguir entre el bien y el mal, entre lo auténtico y lo falso, en una sociedad en la que la libertad se percibe de manera errónea y la religión se rechaza en nombre del relativismo”.

Unidos por una pastoral juvenil renovada

Por último, los auditores que asistieron a esta 16ª Congregación pidieron al Sínodo que la vocación no sea entendida sólo desde el punto de vista de la consagración religiosa y del sacerdocio, sino también desde el punto de vista de los laicos.

“Acertada es la fórmula de trabajo formativo en equipo que valora la reciprocidad entre hombres y mujeres e intervocacional, reflejando la diversidad de los carismas en la comunidad eclesial: laicos, sacerdotes y religiosos juntos son una fuente de creatividad para una pastoral juvenil renovada y creíble”, concluyen.

Leer: Sínodo: cuidar la Creación, “Casa común” para las generaciones futuras





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