Santa Sede interviene en la Comisión de Desarrollo Social de la ONU
Mons. Auza afirma que a pesar que la economía global continúa en crecimiento, las cifras demuestran que las desigualdades sociales y económicas siguen presentes muchos países.Vatican NewsJosé Villanueva – Ciudad del VaticanoContinuando la Sesión 73 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Nuncio Apostólico de la Santa Sede ante Naciones Unidas, Monseñor Bernardito […]
- Mons. Auza afirma que a pesar que la economía global continúa en crecimiento, las cifras demuestran que las desigualdades sociales y económicas siguen presentes muchos países.
José Villanueva – Ciudad del Vaticano
Continuando la Sesión 73 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Nuncio Apostólico de la Santa Sede ante Naciones Unidas, Monseñor Bernardito Auza participa en la Tercera Comisión sobre Desarrollo Social. El Arzobispo resalta que los esfuerzos de la comunidad internacional por reducir la pobreza mundial sobre todo en los sectores considerados como los más extremos, no es suficiente para lograr para lograr la reducción total de la pobreza a futuro.
“Un nuevo informe del Banco Mundial estima que casi la mitad de los países aquí representados hoy tienen índices de pobreza por debajo del tres por ciento, un logro verdaderamente notable. Si bien la tasa de pobreza global es más baja de cómo se estaba antes; sin embargo, terminar con la pobreza en todas sus formas en todas partes, para 2030 sigue siendo un objetivo lejano”.
Dificultad de lograr la inclusión a pesar del crecimiento
El Jefe de Misión de la Santa Sede ante la ONU, también planteó una reflexión de por qué es difícil para varias naciones lograr la inclusión de sus ciudadanos, a pesar de los esfuerzos por reducir la pobreza.
“Responder a la pregunta de por qué persiste la pobreza y por qué el crecimiento no siempre es inclusivo sigue siendo crucial para lograr un progreso significativo hacia los objetivos que hemos establecido. Tales respuestas inadecuadas alientan inevitablemente el crecimiento de la injusticia, la desigualdad social y la marginación, especialmente para los más vulnerables, que siempre son los primeros en quedarse atrás. En ese sentido, somos testigos de primera mano de cómo reacciona la gente cuando se queda atrás; se sienten ignorados; se sienten víctimas de un sistema injusto; desarrollan una ira acumulada que suele estar detrás del descontento social y las protestas; cuestionan y rechazan el sistema político y económico en el que se encuentran”, indica el Purpurado.
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Respuesta más holística contra la pobreza y desigualdad
El Prelado, exhorta a Naciones Unidas a tomar con más seriedad la lucha de reducción de la pobreza para lo cual, la Santa Sede recomienda a la comunidad internacional tener presente tres ámbitos importantes en la lucha para lograr el desarrollo social.
“Hoy más que nunca, la pobreza y la desigualdad globales son una provocación a la que cada uno de nosotros debe responder con un sentido más firme de responsabilidad colectiva y solidaridad. También exigen una respuesta más holística que considere el desarrollo humano completo e integral de la persona, así como el bien común de todos nuestros hermanos y hermanas, independientemente de su ubicación geográfica o identidad cultural”, añade.
Derecho a la Familia, los jóvenes y del adulto mayor
El Nuncio de Su Santidad recomienda a Naciones Unidas respetar los derechos de la Familia, más inversión y oportunidad de trabajo en los jóvenes y garantizar los derechos de los discapacitados y del adulto mayor, para lograr un exitoso desarrollo social.
“Los gobiernos deben aumentar sus esfuerzos para garantizar el derecho de la familia a apoyarse y cuidarse a sí mismos, basándose en el principio de subsidiariedad. Esto significa acceso a beneficios sociales, especialmente para hogares de bajos ingresos”.
Con respecto a la participación de los jóvenes, Mons. Auza señala: “los gobiernos deben satisfacer las necesidades de los jóvenes no es solo una cuestión de proporcionar puestos de trabajo, sino también de brindar oportunidades para asumir roles de liderazgo y responsabilidades. Solo así los jóvenes se convertirán en protagonistas en sus propias vidas y en la sociedad”.
Por último, dice el Prelado: “muchos discapacitados y adultos mayores hoy se sienten alienados, ignorados y abandonados por la sociedad”. En ese sentido, el jefe de Misión Permanente exhorta a la ONU a tener más consideración por este sector de la ciudadanía.