Estas serán las primeras actividades del Papa León XIV

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COLUMNA

Trigo y cizaña

Un León contra el maligno

Si la Iglesia deja de ser misionera y no toma la iniciativa de perseguir al mundo señalándole el Camino, la Verdad y la Vida, el mundo, opuesto al Evangelio, perseguirá a la Iglesia con todas sus seducciones mundanas

8 mayo, 2025
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Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital 

Con inmensa alegría recibimos al papa León XIV, sucesor 267 del Apóstol San Pedro, a quien los católicos obsequiamos nuestra adhesión, amor y respeto. No podemos dejar de agradecer a Jesucristo el don precioso del papado: “Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y los poderes del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16.18). Esa promesa y ese poder espiritual se lo otorga Jesús al apóstol primado con la triple pregunta: “¿Me amas?” y con el triple mandamiento: “Apacienta a mis ovejas” (Jn 21,15-17).

El don de Pedro a la Iglesia nos ha permitido mantener la unidad de la grey católica en 21 siglos de historia. Gracias a la figura del pescador de Galilea puesta por Cristo al frente de la grey universal, la Iglesia Católica mantiene una unidad de la que carecen las iglesias ortodoxas así como las comunidades que surgieron de la Reforma Protestante desde el siglo XVI. Por eso hemos de adherirnos con amor y gratitud al magisterio petrino, que ahora continúa con el papa León XIV.

Desde el momento en que el Colegio Cardenalicio eligió al Cardenal Robert Francis Prevost como obispo de Roma, y éste aceptó el nombramiento, se convirtió, para el mundo, en el papa, sucesor de san Pedro. Fue en la Capilla de las Lágrimas –lugar de fuerte momento emocional donde se despojó de sus vestiduras de cardenal y se revistió con la sotana blanca– donde recibió la pesada cruz de Jesucristo para llevarla hasta el Calvario –siguiendo las huellas del Señor. El llamado a ser papa es una vocación también al martirio. Por eso hemos de orar continuamente por León XIV.

El papa es elegido para ser el primero de la Iglesia en confesar la fe en Jesucristo ante un mundo que es hostil al Evangelio: “Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está bajo el poder del Maligno” (1Jn 5,19). Este es un dato muy importante, inexplicable para la mayoría de los periodistas del mundo que cubren la elección y la sucesión papal. Para buena parte de los medios y de la opinión pública, el papa es sólo un jefe de estado, un político o un colaborador de la paz entendida como la que promueve el Dalai Lama u otro líder religioso.

En su primer mensaje, León XIV nos dejó claro en qué consiste la paz cristiana. El pontífice saludó al mundo como Cristo resucitado lo hizo a sus apóstoles: “La paz esté con vosotros”. Y añadió: “La paz desarmada y desarmante que proviene de Dios que nos ama incondicionalmente”. “Dios nos ama mucho, nos ama a todos, el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios, por lo tanto, sin miedo, unidos, mano de la manos con Dios y entre nosotros vayamos adelante seamos discípulos de Cristo, que nos precede, el mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de su luz para ser un puente y alcanzada por Dios con su amor”. Es la presencia del Resucitado en los corazones la que trae la verdadera paz.

Este anuncio de la paz de Cristo provoca la hostilidad y la furia del Maligno, que no quiere la paz sino la división. El príncipe de este mundo, que quiere destruir el Reino de Dios en las almas, debe encontrar la oposición del Vicario de Cristo y de todos los que estamos en el ejército de Dios respaldando al papa. El Santo Padre León deberá perseguir al mundo, no con agresividad, sino para contarle que existe esperanza en el amor de Dios que se nos ha manifestado en Jesucristo.

Si el papa deja de perseguir al mundo con la verdad del Evangelio y busca, en cambio, complacerlo en sus ideologías y valores no evangélicos sino mundanos, entonces el mundo aplaudirá al papa porque habrá encontrado alguien como él. Dios guarde de ello a su Iglesia.

En cambio si el papa persigue al mundo para alcanzar a las personas con la verdad y el amor de Cristo, el mundo odiará y perseguirá al papa. Habrá críticas en su contra, difamación, rechazo, ataques a la fe y a la misión que Jesús le ha conferido. Si todo esto sucede, los creyentes, en vez de extrañarnos de que por qué el mundo habla mal del papa, hemos de levantar la cabeza contemplando ese grandioso signo de que la Iglesia tiene un papa según el corazón de Cristo, buen pastor.

De la misma manera, si la Iglesia deja de ser misionera y no toma la iniciativa de perseguir al mundo señalándole el Camino, la Verdad y la Vida, el mundo, opuesto al Evangelio, perseguirá a la Iglesia con todas sus seducciones mundanas, presionándola para conformarla a sus valores: “el mundo los amaría como cosa suya” (Jn 15,19). Y cuando el mundo la haya seducido y debilitado, la hundirá en el mar de la desesperanza y de la desesperación.

No nos extrañe, pues, que si León XIV nos habla fuerte de Jesucristo, con la toda la verdad de la enseñanza del único Salvador de la humanidad, el mundo, que yace bajo el poder del Maligno, se lance contra el pontífice. El Señor le ha compartido su Cruz para que venza con ese signo, y al mismo tiempo le otorga la gracia para llevarla a cuestas hasta el Calvario. Con nuestra fe, amor y oración nos adherimos al nuevo papa León XIV para que persiga al mundo anunciándole el Evangelio íntegro, y el mundo se enfurezca por la conversión de muchas almas.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe


Autor

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital