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¿Por qué los sacerdotes pueden perdonar los pecados?

Perdonar los pecados refleja la misericordia de Dios y la misión de Cristo en la Iglesia, pero ¿por qué los sacerdotes los pueden perdonar?

POR  Jorge Reyes
20 marzo, 2025
¿Por qué los sacerdotes pueden perdonar los pecados?
La Iglesia posee el poder de perdonar los pecados de los bautizados, ejerciéndolo a través de los obispos y sacerdotes. Foto: Jackie Sánchez

La facultad de los sacerdotes para perdonar los pecados es un aspecto fundamental de la vida sacramental de la Iglesia Católica, por lo que esta autoridad no es un mero privilegio humano, sino un don divino que se fundamenta en la enseñanza de Cristo y se transmite a través de la tradición apostólica.

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, por voluntad de Cristo, la Iglesia posee el poder de perdonar los pecados de los bautizados, ejerciéndolo a través de los obispos y sacerdotes, principalmente en el sacramento de la Penitencia, que es esencial para la reconciliación del fiel con Dios y con la comunidad eclesial.

¿Qué fundamento bíblico autoriza a los sacerdotes perdonar los pecados?

La base bíblica que respalda la autoridad de los sacerdotes para absolver pecados se encuentra en los Evangelios, en especial en el de Juan, donde se menciona que Jesús dijo a sus discípulos: “A quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos” (Juan 20:23).

Esta enseñanza se refleja en el Catecismo de la Iglesia Católica, que afirma que los obispos y sacerdotes, por virtud del sacramento del Orden, tienen el poder de perdonar todos los pecados “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, por lo que la absolución sacramental se convierte en un medio a través del cual los fieles experimentan la misericordia de Dios.

El instrumento de Dios para perdonar los pecados es el sacerdote: El Papa

El Papa Francisco aseguró que el protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo, ya que Jesús Resucitado en su primera aparición a los Apóstoles, en el cenáculo, hizo el gesto de soplar sobre ellos diciendo: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Jn 20, 22-23).

El Santo Padre explicó, en la Catequesis que ofreció en su Audiencia General en la Plaza de San Pedro el 20 de noviembre de 2013, que Jesús les dio a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados y aunque es un poco difícil comprender cómo un hombre puede perdonar los pecados, “Dios perdona a todo hombre en su soberana misericordia, pero Él mismo quiso que quienes pertenecen a Cristo y a la Iglesia reciban el perdón mediante los ministros de la comunidad”.

Así, subrayó el Papa Francisco, “el sacerdote es un instrumento para el perdón de los pecados. El perdón de Dios que se nos da en la Iglesia, se nos transmite por medio del ministerio de un hermano nuestro, el sacerdote; también él es un hombre que, como nosotros, necesita de misericordia, se convierte verdaderamente en instrumento de misericordia, donándonos el amor sin límites de Dios Padre”.

“El confesor escucha las cosas que yo le digo, me aconseja y me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdón. A veces sucede que escuchamos a alguien que afirma que se confiesa directamente con Dios… Sí, Dios te escucha siempre, pero en el sacramento de la Reconciliación manda a un hermano a traerte el perdón, la seguridad del perdón, en nombre de la Iglesia”, puntualizó.

La confesión ante el sacerdote para que se perdonen los pecados

El sacramento de la Penitencia, también conocido como confesión, es el medio establecido por Cristo para que los fieles obtengan el perdón de sus pecados luego de confesarse ante un ministro legítimo, que estén verdaderamente arrepentidos y tengan la intención de reformarse, a fin de obtener de Dios el perdón a través de la absolución impartida por el sacerdote.

Durante el sacramento de la confesión, los sacerdotes actúan como ministros de la reconciliación y tienen la autoridad para absolver los pecados, lo que implica que, tras la confesión y el arrepentimiento del penitente, el padre puede declarar que los pecados han sido perdonados en nombre de Dios.

Además, el sacerdote puede imponer una penitencia, que es una forma de ayudar al penitente a reparar el daño causado por el pecado y a crecer espiritualmente, esto a partir del hecho de que la imposición de la penitencia es un acto que busca la conversión del corazón y el fortalecimiento de la vida cristiana del fiel.

Así debe actuar el sacerdote al perdonar los pecados, según el Papa

En su Catequesis del 20 de noviembre de 2013 el Papa Francisco aseguró que el servicio que el sacerdote presta como ministro de parte de Dios para perdonar los pecados es muy delicado y por ello exige que su corazón esté en paz.

“Que el sacerdote tenga el corazón en paz; que no maltrate a los fieles, sino que sea apacible, benévolo y misericordioso; que sepa sembrar esperanza en los corazones y, sobre todo, que sea consciente de que el hermano o la hermana que se acerca al sacramento de la Reconciliación busca el perdón y lo hace como se acercaban tantas personas a Jesús para que les curase”, aseguró.

De la misma manera advirtió el Santo Padre: “El sacerdote que no tenga esta disposición de espíritu es mejor que, hasta que no se corrija, no administre este Sacramento. Los fieles penitentes tienen el derecho, todos los fieles tienen el derecho, de encontrar en los sacerdotes a los servidores del perdón de Dios”.



Autor

Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM, con una trayectoria de más de 30 años como periodista en medios como Reforma, El Centro y Notimex, así como funcionario de comunicación social en dependencias de gobierno y legislativas. Actualmente trabaja como periodista especializado en temas de religión.