¿Estamos en un “Ahora o Nunca”?
En tiempos de polarización y transformación rápida, es imperativo que como sociedad reafirmemos nuestro compromiso con el bien común y la dignidad humana.
Comunicadora. Periodista. Activista por los derechos de las madres solas y sus hijos. Conferencista. Media trainer. Autora de 7 libros de desarrollo humano.
México se encuentra en un momento definitorio de su historia, una encrucijada que no solo determinará el futuro inmediato, sino que también resonará a través de generaciones.
Frente a desafíos de magnitud histórica, la preservación y mejora de nuestra democracia se convierte en una tarea urgente y esencial. Este desafío trasciende las diferencias ideológicas y revela una profunda crisis de valores y de identidad nacional, reflejando una discrepancia significativa en nuestras percepciones de justicia y equidad.
En tiempos de polarización y transformación rápida, es imperativo que, como sociedad, reafirmemos nuestro compromiso con el bien común y la dignidad humana. La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña que cada individuo es valioso, que la justicia debe ser buscada con persistencia y que la solidaridad debe guiarnos. Es un llamado a vivir no solo para nosotros mismos, sino para los demás, y a construir una comunidad que refleje los valores de respeto, justicia y fraternidad.
La democracia, en su núcleo, debe ser un reflejo de estos principios. No debe perderse por la erosión de las normas democráticas o la desconfianza pública, sino ser cultivada con cada acción que valoramos y cada palabra que pronunciamos. En México, enfrentamos el peligro de que nuestra democracia pueda ser minada no sólo por fuerzas externas, sino por la apatía y el desinterés interno.
Es crucial, en este momento, que cada ciudadano se vuelva un defensor activo del bien común. Esto implica una serie de acciones concretas y comprometidas:
- Educación para el bien común: Debe fomentarse una educación que no solo instruya, sino que también forme en valores cívicos y sociales, enseñando la importancia del bien común, la justicia social y la dignidad de cada persona.
- Diálogo y reconciliación: Es esencial promover el diálogo entre diferentes sectores de la sociedad. Este diálogo debe basarse en el respeto mutuo y buscar puntos de encuentro que nos unan en vez de dividirnos.
- Participación comunitaria y política: La participación no debe ser vista como una carga, sino como una oportunidad para servir a la comunidad y asegurar que las decisiones políticas reflejen los valores de justicia y equidad.
- Promoción de la justicia y la paz: Apoyar iniciativas que promuevan la justicia social y la paz dentro de nuestras comunidades es fundamental. Esto incluye apoyar a organizaciones y programas que trabajan para mitigar la desigualdad y promover la paz.
- Defensa de los derechos humanos: Es imperativo que todos los ciudadanos, especialmente los jóvenes, se involucren en la defensa de los derechos humanos, comprendiendo que cada acción hacia otro es una medida de nuestra propia humanidad.
- Transparencia y rendición de cuentas: Fomentar una cultura de transparencia dentro del gobierno y entre los ciudadanos ayuda a construir una sociedad más justa y equitativa.
- Apoyo a medios de comunicación éticos: Es vital apoyar a los medios que se esfuerzan por reportar con verdad y justicia, manteniendo a la comunidad informada de manera ética y responsable.
- Oración y reflexión espiritual: No subestimemos el poder de la oración y la reflexión espiritual en estos tiempos de cambio. Estos actos fortalecen nuestro compromiso con los valores que defendemos.
Este es un llamado urgente a actuar: es ahora o nunca. No podemos darnos el lujo de ser meros espectadores en una época que exige participación activa y consciente. El futuro de México está en nuestras manos, y cada momento de inacción es un paso hacia un resultado que todos podríamos lamentar. Actuemos ahora, informémonos, participemos y contribuyamos todos juntos a moldear el destino de nuestra nación, guiados siempre por los valores del bien común y la dignidad de cada ser humano.
Julieta Lujambio Fuentes es activista por los derechos de las familias monoparentales, comunicadora, autora de libros de desarrollo humano.
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