Durante tres semanas, los participantes en el Sínodo de la Amazonia mantuvieron un diálogo respetuoso, libre y abierto, en el que analizaron a conciencia los desafíos y potencialidades de esta región sudamericana, que se extiende por nueve países y es conocida como “el pulmón del mundo” por su relevancia medioambiental, en donde habitan 33 millones de personas, 2.5 de las cuales son indígenas.
Este fin de semana fue presentado el Documento Final, que consta de cinco capítulos, una introducción y una breve conclusión, en la que los padres sinodales hacen un llamado a la conversión de los católicos en cinco sentidos fundamentales: integral, pastoral, cultural, ecológica y sinodal.
Con una mayoría superior a dos tercios, los padres sinodales aprobaron este Documento, en el que también llaman a analizar otros temas para la Evangelización de la región amazónica, como la participación de las mujeres en la Iglesia, las ordenaciones sacerdotales, el papel de los laicos y la creación de un rito amazónico.
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A continuación, te presentamos un breve resumen de este relevante texto:
Los padres sinodales hacen un llamado a una “verdadera conversión integral, con una vida simple y sobria, todo ello alimentado por una espiritualidad mística al estilo de San Francisco de Asís, ejemplo de conversión integral vivida con alegría y gozo cristiano”.
Asimismo, reconoce la violencia y el dolor que viven muchos de los habitantes de la Amazonia, debido a la deforestación, la privatización de bienes naturales, la contaminación, el cambio climático, la trata de personas, el alcoholismo, el narcotráfico, la criminalización se sus líderes y la presencia de grupos armados ilegales.
Una Iglesia misionera en salida debe ser “samaritana, en diálogo, acompañando personas con rostros concretos de indígenas, de campesinos, de afrodescendientes y migrantes, de jóvenes, de habitantes de las ciudades. Todo ello supondrá una espiritualidad de la escucha y el anuncio”.
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El texto recuerda el sacrificio de los primeros misioneros que dieron su vida transmitiendo el Evangelio, reconoce que la Amazonia es “una amalgama de credos, en su mayoría cristianos”, pero también cultos indígenas y afrodescendientes. Por ello, “el diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural debe ser asumido como camino irrenunciable de la evangelización en la Amazonía”. Esta Evangelización debe hace hincapié en las pastorales indígena, juvenil, urbana y familiar.
“La Amazonía es una tierra de bosques y de agua, de páramos y humedales, de sabanas y cordilleras, pero sobre todo tierra de innumerables pueblos, muchos de ellos milenarios, habitantes ancestrales del territorio, pueblos de perfume antiguo que continúan aromando el continente contra toda desesperanza. Nuestra conversión debe ser también cultural, hacernos al otro, aprender del otro”, dice el texto.
El trabajo de la Iglesia en esa región no debe ser solamente pastoral, también de incidencia, para que los Estados protejan los derechos y la inviolabilidad de los territorios de estos pueblos. Además, los padres piden apreciar, acompañar, promover y, en su caso, purificar las manifestaciones de piedad popular como parte de la inculturización.
El Sínodo se manifiesta por una Iglesia amazónica que sea capaz de promover una conversión ecológica, que busque modelos de desarrollo justo y solidario. Esto implica vincular el cuidado pastoral de la naturaleza con “la justicia para las personas más pobres y desfavorecidas de la tierra”.
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De acuerdo con el Documento, la defensa de los derechos humanos no sólo es un deber político y social, sino una exigencia de fe, y denuncia la violación de los derechos de los pueblos de la Amazonia. Por último, la Iglesia reafirma su defensa de la vida “desde la concepción hasta su ocaso” y propone una definición de “pecado ecológico”, entendiéndola como “una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente”.
“Para caminar juntos –dicen los padres sinodales- la Iglesia necesita una conversión Sinodal, sinodalidad del Pueblo de Dios bajo la guía del Espíritu en la Amazonía. Con este horizonte de comunión y participación buscamos los nuevos caminos eclesiales, sobre todo, en la ministerialidad y la sacramentalidad de la Iglesia con rostro amazónico”.
Para ellos, la vida consagrada, los laicos y entre ellos las mujeres, son los protagonistas antiguos y siempre nuevos que nos llaman a esta conversión. Por ello hace una serie de propuestas, entre las que destacamos las siguientes:
La participación de los laicos debe ser fortalecida, tanto en la consulta como en la toma de decisiones en la vida y misión de la Iglesia, a partir de la promoción y atribución de “ministerios a hombres y mujeres de forma equitativa”. Evitando personalismos, quizás con cargos rotativos. Así, “el Obispo pueda confiar, por un mandato de tiempo determinado, ante la ausencia de sacerdotes en las comunidades, el ejercicio de la cura pastoral de la misma a una persona no investida del carácter sacerdotal, que sea miembro de la comunidad”.
La presencia y la hora de la mujer. “Que se escuche la voz de las mujeres, para que sean consultadas, participen en la toma de decisiones, contribuyan a la sinodalidad eclesial, asuman con más fuerza su liderazgo en la Iglesia, y que ésta lo reconozca y promueva reforzando su participación en los consejos pastorales o “incluso en instancias de gobierno”. Sobre el diaconado femenino, los padres sinodales piden esperar a las conclusiones de una comisión vaticana que ha estudiado esta posibilidad.
Diaconado permanente. El Sínodo califica de urgente la promoción y formación de diáconos permanentes.
Formación de sacerdotes. El objetivo es “ofrecer a los futuros presbíteros de las iglesias en la Amazonía una formación con rostro amazónico, inserta y adaptada en la realidad, contextualizada y capaz de responder a los numerosos desafíos pastorales y misioneros, proponemos un plan de formación en línea con los desafíos de las iglesias locales y la realidad de la Amazonía”.
Ordenación de viri probati. Los padres sinodales explican que, en la región amazónica, los católicos pueden esperar meses o incluso años para participar en la Eucaristía, debido a la complejidad del territorio y a la falta de sacerdotes. Por ello, proponen “ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica”.
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Rito Amazónico. En la Iglesia Católica existen actualmente 23 ritos. El Sínodo de la Amazonia propone una comisión que estudie la posibilidad de crear un “Rito Amazónico”, que responda de manera auténticamente católica a la petición de las comunidades amazónicas de adaptar la liturgia valorando la cosmovisión, las tradiciones, los símbolos y los ritos originarios.
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