Los carismas al servicio de una Iglesia sinodal
La espiritualidad de la comunión que favorece el intercambio de dones y carismas hace que nuestra Arquidiócesis de México exprese su sinodalidad
Día de la vida consagrada
El 2 de Febrero celebraremos la Fiesta litúrgica de la Presentación del Señor que nos recuerda que el Niño Jesús fue consagrado a Dios en el Templo, ese día Simeón le dijo a la Virgen María que ese niño sería Luz para alumbrar a las naciones. Pero, también se celebra el Día de la Vida consagrada, pues cada persona consagrada ha de ser como la luz de una candela que con su testimonio de vida cristiana enciende otra y otra candela de luz, hasta hacer de esta celebración una fiesta de la luz, una Candelaria.
La multiplicidad de los dones y carismas con que Dios ha dotado a su Iglesia se pone de manifiesto en nuestra Arquidiócesis de México de un modo singular en la presencia de la Vida consagrada, en la variedad de hábitos, de idiomas, de razas, edades y culturas de los miembros de cada instituto presente en nuestra Arquidiócesis; en los modos de vida consagrada como Institutos Seculares, Sociedades de Vida Apostólica, Vírgenes Consagradas, Institutos Religiosos, unos de ellos acentuando la contemplación, otros la acción y otros la misión, pero, sobre todo expresando un modo especial de consagración a Cristo en favor de Iglesia y del mundo.
La Vida Consagrada vale por lo que es y qué es sino la irradiación de Cristo pobre, casto y obediente, Cristo el Consagrado al Padre.
La Vida Consagrada vale también por lo que hace, pues actúa e incide para bien en todas las etapas del desarrollo de la vida humana. Por ejemplo la Congregación de las Hijas De Los Corazones Misericordiosos de Jesus Y de Maria que atienden en retiros a mujeres que vivieron la experiencia dolorosa del aborto y que buscan sanación interior pues se sienten dañadas; las Esclavas de la Virgen Dolorosa que atienden en guarderías a mujeres de 12 años en adelante que han decidido por la vida pero que no tienen quien las apoye a ellas y a sus niños en su embarazo y cuando dan a luz; los Escolapios atienden a niños en sus Casa Hogar; los Salesianos, los Maristas, los Jesuitas, los Lasallistas, los Misioneros de Guadalupe y varias congregaciones más dirigen y coordinan la educación en sus centros educativos desde preescolar hasta posgrados en sus Universidades formando a los futuros agentes de la sociedad; las Oblatas organizan talleres para las mujeres en estado de prostitución ayudándolas a salir de su situación tan compleja, las Scalabrinianas y las Josefinas acompañan heroicamente a nuestros hermanos migrantes que pasan por nuestra Arquidiócesis; los Franciscanos dan de comer al hambriento en comedores para personas de calle; las Hijas de la caridad tratan de saciar la sed de amor de personas muy vulnerables y las Hermanitas de los pobres desamparados ven a Jesús en los más de cien adultos mayores de su asilo.
La espiritualidad de la comunión que favorece el intercambio de dones y carismas hace que nuestra Arquidiócesis de México exprese su sinodalidad en la armonía de las tantas y tantas órdenes y congregaciones que sería imposible mencionarlas a todas y más aún mencionar toda la caridad que realizan a través de su consagración y misión. Felicidades a todos los miembros de la Vida Consagrada.
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