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COLUMNA

La voz del Obispo

Desiderio desideravi, ¿ante qué peligros alerta el Papa en su carta?

El Papa Francisco ha publicado esta carta apostólica sobre la formación litúrgica del pueblo santo de Dios.

14 julio, 2022
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Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México. 

Participa cada lunes a las 21:00 horas (tiempo del centro de México) en La Voz del Obispo en Facebook Live.  Este lunes 18 de julio podrás conversar con el autor de este texto, Mons. Salvador González, Obispo Auxiliar, quien explicará la carta del Papa. 

 

Recientemente, el Papa Francisco ha publicado esta carta apostólica sobre la formación litúrgica del pueblo santo de Dios, y es que, si bien es cierto que la cercanía con la Liturgia la vivimos de manera cotidiana, también lo es que, en muchos momentos, nos perdemos en aspectos secundarios olvidando lo esencial de nuestras acciones litúrgicas.

El Santo Padre aclara que no tocará el tema de manera exhaustiva y que su intención es ayudarnos a contemplar la belleza y verdad de la liturgia cristiana.

“Ardientemente he deseado comer esta Pascua con ustedes, antes de padecer” (Lc 22,15), es el texto inspirador de la carta, y nos permite descubrir el primer apartado donde se considera la Liturgia: como el “hoy” de la historia de la salvación. Todo surge del deseo del Señor Jesús de celebrar la Pascua con nosotros, de allí parte todo, y la percepción del amor de Dios Trinidad por cada uno de nosotros.

La Liturgia: lugar del encuentro con Cristo. Dice el Papa que esta es la verdadera belleza de la liturgia, que posibilita el encuentro con Cristo, pues “la fe cristiana, o es un encuentro vivo con Él o no lo es”.

Posteriormente, nos ayuda a volver sobre “La Iglesia: sacramento del Cuerpo de Cristo”, en una imagen muy clara y paralela de la creación de la mujer, cuando Dios hizo caer en un profundo sueño a Adán, y tomando su costilla, Dios hace de allí a la mujer; de igual forma, con Cristo dormido en la cruz, de su costado han brotado sangre y agua: la Iglesia misma.

El sentido teológico de la Liturgia en este apartado vuelve a dar razón de la carta que nos ha regalado, cito textualmente: “Con esta carta quisiera simplemente invitar a toda la Iglesia a redescubrir, custodiar y vivir la verdad y la fuerza de la celebración cristiana. Quisiera que la belleza de la celebración cristiana y de sus necesarias consecuencias en la vida de la Iglesia no se vieran desfiguradas por una comprensión superficial y reductiva de su valor o, peor aún, por su instrumentalización al servicio de alguna visión ideológica, sea cual sea. La oración sacerdotal de Jesús en la última cena para que todos sean uno ( Jn 17,21), juzga todas nuestras divisiones en torno al Pan partido, sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad “.

Los peligros al interno de las comunidades

Esto que nos dice Papa Francisco nos pone alerta sobre estos peligros al interno de la vida de nuestras comunidades, si lo señala es seguramente porque se logran ver este tipo de actitudes, lo que él ha llamado la mundanidad espiritual; que se identifican entre otras corrientes con el gnosticismo y el neopelagianismo. El primero, reduce la fe cristiana a un subjetivismo que encierra al individuo “en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos”; y el segundo, anula el valor de la gracia para confiar sólo en las propias fuerzas, dando lugar a “un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar”.

Por eso, la intención sobre la que insiste el Papa, es redescubrir la belleza de la verdad de la celebración cristiana: “Si el neopelagianismo nos intoxica con la presunción de una salvación ganada con nuestras fuerzas, la celebración litúrgica nos purifica proclamando la gratuidad del don de la salvación recibida en la fe”.

Cuidar todos los aspectos de la liturgia

Y por supuesto, subraya el Santo Padre la necesidad de cuidar todos los aspectos de la liturgia, buscando no robar lo esencial a los que han sido convocados por el Señor: “el misterio pascual celebrado en el modo ritual que la Iglesia establece”.

Esta es una de las tres partes en las que hablaremos de la Carta Apostólica para reflexionar sobre su contenido; esta vez hemos considerado hasta el número 23.

 

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Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.