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COLUMNA

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Urge alcanzar la paz

El trastoque de valores ha llegado a niveles impensables, hoy la honestidad, la empatía, el amor al prójimo han quedado relegados

17 junio, 2025
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Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación. 

El próximo 20 de junio se cumplen tres años del terrible asesinato de los religiosos Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, y aunque duele reconocerlo desafortunadamente nuestra sociedad continúa siendo golpeada por el crimen y la impunidad.

A pesar de los esfuerzos, la violencia sigue imparable y ha alcanzado sectores significativos como la comunidad católica y es que la muerte de los dos sacerdotes jesuitas en su propia iglesia, a manos del crimen organizado, volvió a herir gravemente a la sociedad.

De acuerdo con la versión de uno de los testigos, los sacerdotes conocían a su agresor, e incluso buscaron dialogar con él para evitar el ataque, sin embargo, no pudieron lograr nada y en una agresión sin lógica aparente el sicario acabo con sus vidas.

Incluso la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado en el que mencionaron: “En este tercer aniversario queremos hacer memoria del camino recorrido por el Diálogo Nacional por la Paz, celebrar los avances realizados por miles de personas que se unen a trabajar desde la familia, las escuelas, la universidad y los barrios, las personas que se forman para gestionar la paz desde su localidad y recordar que cada muerte nos hace redoblar el paso para construir la paz.”

Lamentablemente, día con día vemos notas donde la crueldad humana es la protagonista de ejecuciones y masacres. A esta terrible situación se le suma la muerte de ocho jóvenes quienes pertenecían a la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Irapuato el pasado 16 de marzo, cuando un grupo de hombres armados arribaron a bordo de camionetas y abrieron fuego contra las personas que se encontraban reunidas en una cancha deportiva de la comunidad San José de Mendoza, municipio de Salamanca, Guanajuato.

El trastoque de valores ha llegado a niveles impensables, hoy la honestidad, la empatía, el amor al prójimo y la solidaridad solo por mencionar algunos, han quedado relegados a un segundo plano y el egoísmo, la soberbia y la indiferencia aparecen con mucha más frecuencia.

La crueldad con que los criminales actúan estremece a la sociedad entera, podríamos enlistar muchos actos que han impactado a la sociedad, y es que la violencia e inseguridad continúan alcanzando niveles críticos y la sociedad se encuentra preocupada y temerosa, pero sobre todo las instituciones han mostrado una limitada empatía por las víctimas y los familiares.

Los homicidios, las desapariciones, los feminicidios y en general el aumento de la violencia se han convertido en una crisis más para nuestro país; pero además con tristeza también hay que reconocer que vivir en un contexto de agresiones y crueldad nos ha insensibilizado al dolor, e incluso de alguna manera ha hecho que “normalicemos” los actos crueles que realizan los delincuentes, es por ello que hoy más que nunca todos debemos trabajar coordinadamente para alcanzar la paz y la justicia.

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*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

El autor es analista en temas de Religión, Seguridad, Justicia, Política y Educación.

 


Autor

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.