Esperanza en tiempos de caos
"Oremos por la paz y seamos testimonios de la paz de Jesucristo, de la reconciliación, esta luz del mundo que todos estamos buscando"
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El pasado 12 de diciembre, la tradicional misa de las rosas, presidida por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, reunió a miles de peregrinos en un momento emotivo y lleno de esperanza que llamó a la paz y a la reconstrucción del tejido social.
Este año, la celebración del 494 aniversario de las apariciones guadalupanas cobró un matiz urgente, teñido por el dolor de una nación lacerada por la violencia generada por el crimen organizado que afecta principalmente a los jóvenes. Desde el altar, el Cardenal Aguiar Retes enfatizó la importancia de trabajar incansablemente por la paz, no como un ideal abstracto, sino como un compromiso concreto de reconstruir el lazo comunitario roto por el odio y la desconfianza.
“Por eso, madre nuestra, invocamos tu auxilio por todas las familias en nuestra patria querida, para que encontremos los caminos de reconciliación y logremos la paz social que tanto anhelamos y necesitamos”, proclamó con voz serena pero firme, dirigiendo su súplica a la Virgen de Guadalupe.
Estas palabras, fueron un llamado a examinar el interior del corazón humano, a reencontrarnos y verdaderamente amar al prójimo; el cardenal recordó que María de Guadalupe nos orienta hacia un camino de paz contrarrestando la fractura social que ha erosionado a México.
No es casual que, en estos momentos complejos para nuestro país, el Cardenal haya invocado a la Virgen de Guadalupe como guía hacia la paz; pidió oraciones por los pueblos originarios, los desplazados por la inseguridad y los jóvenes tentados por el crimen, recordándonos que la paz no sólo se debe decretar, sino que se construye en la empatía cotidiana.
En un contexto donde el miedo paraliza y el rencor divide y enfrenta, esta celebración nos hace cuestionarnos: ¿Somos capaces de ser promotores de paz en nuestras comunidades o nos dejamos arrastrar por la marea de la indiferencia? La reflexión del Cardenal Aguiar Retes se suma a la voz universal de la Iglesia. El mismo 12 de diciembre, en la Basílica de San Pedro, el Papa León XIV llevaba a cabo una homilía dedicada a la Virgen de Guadalupe, el pontífice se dirigió especialmente a los jóvenes, esos guardianes de la esperanza que el mundo intenta corromper.
León XIV instó a la juventud a cultivar la dimensión espiritual, a escuchar sus inquietudes sin huir de ellas ni llenarse con distracciones vanas. “Acompaña, Madre, a los más jóvenes para que obtengan de Cristo la fuerza para elegir el bien y el valor para mantenerse firmes en la fe, aunque el mundo los empuje en otra dirección. Aparta de ellos las amenazas del crimen, de las adicciones y del peligro de una vida sin sentido”, suplicó el Papa.
Esta homilía nos recuerda que la paz social comienza en el corazón de cada uno, llamado a ser signo de esperanza en un mundo herido por la confrontación y la desigualdad. En tiempos donde el odio se viraliza más rápido que la compasión, y la violencia arrebata vidas día con día, reflexiones como estas nos invitan a un giro hacia la reconciliación y a la reconstrucción del tejido social, hoy necesariamente urgentes.
No olvidemos las palabras de su Santidad el Papa León XIV: “Oremos por la paz y seamos testimonios de la paz de Jesucristo, de la reconciliación, esta luz del mundo que todos estamos buscando”.

