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COLUMNA

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El amortiguador

Pidamos con fe saber interpretar adecuadamente las fuerzas que actúan sobre nosotros y sabiduría para reaccionar con la manera correcta y cristiana ante cada una de ellas.

13 mayo, 2020
El amortiguador
Los autos son cómodos a sus ocupantes, principalmente por los amortiguadores. Foto: Andina.

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Los automóviles proporcionan confort a sus ocupantes entre otras razones por los amortiguadores. Estos dispositivos sirven para mantener las llantas unidas al pavimento y al mismo tiempo evitar golpeteos y saltos. Conforme el auto avanza, el amortiguador reacciona de manera suave, pero instantánea a la compresión y a la expansión. Sin ellos, el auto acabaría destartalado y sus ocupantes con la espalda molida.

Un amortiguador funciona porque siempre reacciona en la justa medida a las fuerzas a las que es sometido. Si se “niega a trabajar” se producen reacciones negativas, por ejemplo, cuando al pasar un tope la parte baja del auto golpea.

Somos creaturas moldeadas por las manos de Dios, como dijo el profeta Jeremías cuando escucho la voz divina en la casa del alfarero. A veces nos comprime y otras nos estira para formar de nosotros mejores personas, siempre con todo el respeto a nuestra libertad, siendo dóciles, que en este caso no significa ser indiferentes

Un amortiguador equilibra las fuerzas que lo someten, si lo hace de más o de menos, no realiza su labor y debe ser cambiado. De igual manera, nosotros creceremos en la misma medida que nos esforcemos al parejo con Dios que quiere que cada uno de nosotros seamos salvados.

Pidamos con fe saber interpretar adecuadamente las fuerzas que actúan sobre nosotros y sabiduría para reaccionar con la manera correcta y cristiana ante cada una de ellas. Y que nunca olvidemos que estamos en las manos del mejor Alfarero.