El legado del Papa Francisco
El máximo pontífice católico sabía que podía aprobar algún cambio cualquier día, pero también que alguien los podría eliminar años después
El 21 de abril, horas depués de la muerte del Papa Francisco, me reuní con Víctor Flores Garcìa, corresponsal en México de la agencia de prensa rusa Sputnik, platicamos una gran rato sobre el Papa y su legado. La agencia la publicó la entrevista el 22 de abril, y la envió a todos sus abonados en el mundo. En México ningún medio la tomó y aquí la reproduzco en sus totalidad. Es mi visión del legado del Papa Fransicso, al que tengo una gran admiración y respeto. Y a partir de su muerte todavía más.
El legado de Francisco fue modificar la estructura de la Iglesia católica
Víctor Flores García
Ciudad de México, 22 abril (Sputnik).- El principal legado a la Iglesia católica de parte del Papa Francisco (2013-2025), fallecido el lunes a los 88 años, fue el cambio a la estructura de la curia romana para priorizar a las periferias, dijo en entrevista con la Agencia Sputnik el exmiembro de la Compañía de Jesús y vaticanólogo mexicano Rubén Aguilar.
“A Francisco le interesaba que las obras se hagan y permanezcan, no sólo en discursos. Tomó una actitud del pragmatismo jesuita”, dice el autor de numerosos y extensos ensayos sobre las transformaciones recientes en el Vaticano.
El máximo pontífice católico sabía que podía aprobar algún cambio cualquier día, pero también que alguien los podría eliminar años después.
Con ese espíritu, apegado a su vocación por los pobres, impulsó muchos cambios, comenzando por “transformar la estructura de la curia romana que se había posesionado con Benedicto XVI (2005-2013)”, prosigue el exjesuita.
Para avanzar en su proyecto reformador de la religión que profesan más de 1.400 millones de fieles en el mundo, Francisco necesitó ir poniendo “escalón tras escalón” para construir una obra que nadie va a cuestionar en el futuro.
UNA NUEVA CURIA
Sin dar prioridad a una iglesia regional como las de América, Asia, África, o en Oceanía, el primer y mayor cambio fue transformar el régimen cupular del Vaticano.
“Lo primero que transformó fue la estructura cardenalicia, involucrada en muchos casos de corrupción que atendió”, prosigue el estudioso.
Francisco comenzó a generar una reforma institucional con la cual él pudiera entenderse e ir construyendo paso a paso una nueva era.
“Todas las transformaciones que él hizo en estos 12 años de papado tienen que ver con su pragmatismo jesuita: cuando piensa que hay que hacer obras, pero que perduren”, prosigue el experto.
Ese método exige un esfuerzo por prever los límites de algo que puede ir más allá, pero también revertirse sin sostenerse.
“Por eso sacrificó radicalismos, para un puñado de cambios que avancen y se queden, fue absolutamente consciente por su propia historia como primer Papa de América, de los 266 papas que ha habido en la historia de la cristiandad”, explica Aguilar.
Una particularidad destacada del jerarca es que fue el primero surgido de las filas de la orden católica de la Compañía de Jesús.
“Fue el primer papa jesuita después de 500 años de existencia de la orden fundada por San Ignacio de Loyola (1540)”, subraya el especialista.
CONSISTORIO RENOVADO
Francisco deja una segunda huella en la conformación del Consistorio católico, que es la reunión formal del Colegio Cardenalicio, convocado por el Papa para deliberar sobre los asuntos decisivos de la Iglesia católica y nombrar cardenales.
“De hecho, en el Colegio Cardenalicio actual, el 90 por ciento de los cardenales que van a votar por el nuevo Papa ya fueron nombrados por él, básicamente de la periferia. Sólo quedan cinco nombrados por Juan Pablo II y unos 20 nombrados por Benedicto XVI”, prosigue el analista.
Un total de 135 cardenales participarán de la votación del nuevo Papa.
Con esa transformación de la composición jerárquica, el jesuita de origen argentinol, cuyo nombre secular era Jorge Mario Bergoglio, le dio un carácter “extraordinariamente universal a la Iglesia, deseuropeizando a la Iglesia, que eso quiere decir católico: universal”.
Por esa razón, siempre estuvo en su cabeza hallar un camino para componer el congreso de este consistorio vaticano.
“Se veía claramente una apuesta por las periferias, con muchos cardenales de África, de Asia, y América, que no estaban antes y se va a notar en la sucesión”, reseña el autor.
El tercer gran logro de su legado es considerado por Aguilar el mayor de los tres: abrir el jerárquico Sínodo no sólo a los obispos sino a sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos, hombres y mujeres.
“En la misma condición que un obispo, también tienen la palabra en condición de igualdad y votan igual, no hay ninguna diferencia”, describe el especialista.
Esa conformación del Sínodo es “un proceso complejísimo de la Iglesia universal, construido desde su base mediante votaciones, desde Tanzania, Uganda, China, América, de todos los rincones del planeta”, explica.
A lo largo de dos años, ese proceso desemboca en el Sínodo de los años 2023 y 2024, en un proceso de depuración continuo que involucra a 250 elegidos de entre cientos de miles de católicos, que comienza desde las parroquias de todos los rincones del mundo.
Ese proceso termina con un documento, que se vuelve a enviar a todas las iglesias locales del orbe, que se llama el “Sínodo de la Sinodalidad”.
“El Sínodo es un espacio de discusión profunda, un intercambio que sí va a transformar para los siglos que siguen a la Iglesia católica, para que no sea la jerarquía la que decida, sino (que) sea el conjunto de la Iglesia: obispos y sacerdotes, monjas y hermanos religiosos, pero también personas laicas, que hay de todo el mundo”, relata Aguilar.
Por México, por ejemplo, asistió la religiosa Dolores Palencia, quien atiende un centro de ayuda a migrantes en el estado de Veracruz (sureste).
HERENCIA PARA AMÉRICA
Aguilar sostiene que no se puede decir que Francisco tuvo para América Latina algo destinado en particular en su proyecto de cambios a los que él se haya dedicado.
Sin embargo, estima que en el conjunto de su proyecto reformador hay tres temas que conciernen a la región de la que fue originario.
“Lo primero, en esa misma idea de universalización, es el papel de las comunidades étnicas de los pueblos originarios en la Iglesia”, indica.
Por ejemplo, hace cuatro o cinco meses, el Vaticano aprobó de manera particular un nuevo ritual para la celebración litúrgica en el estado mexicano de Chiapas, con todos los elementos de las comunidades indígenas dentro de la misa.
Las mujeres tienen sus roles dentro de la misa indígena, donde también se canta en algunas partes e incluso se baila en otras, o se quema un incienso de la región, con el fin de “aculturizar los ritos”.
“Me parece que dada la condición de América Latina, Francisco puso un particular cuidado en cómo articular el mensaje y la celebración con los pueblos originarios”, indica el investigador.
Un segundo tema de su pontificado -que no es exclusivo de América Latina-, fue “una insistencia clara en la migración, con una cantidad de esfuerzos de la Iglesia católica en el conjunto de América Latina”.
El entrevistado cita el caso de México, donde la mayor estructura para atender a la población migrante es de la Iglesia católica.
“No es del Gobierno la mayor estructura para atender a los migrantes, es muy superior la estructura de la Iglesia católica y ahí hay un cuidado de Francisco”, destaca.
Y el tercero y último temas enfocado a la región fue organizar el Sínodo del Amazonas, que versó básicamente sobre el tema ecológico siguiendo la encíclica Laudato si”, hace una década.
“Esa carta contiene toda su defensa de la naturaleza y del conjunto del Amazonas como un problema de carácter universal, en una encíclica dedicada al cuidado del planeta, como la casa común”, explica.
En 2015, el papa recuerda que ese texto se inspira en la figura de San Francisco de Asís, de quien tomó su nombre.
“Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como obispo de Roma, creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad”, dice el documento.
El Papa Francisco, cuyo nombre secular era Jorge Mario Bergoglio, falleció el lunes a los 88 años en su residencia en el Vaticano, producto de un derrame cerebral.
A mediados de febrero, Francisco fue ingresado en un hospital por bronquitis y su estado clínico empeoró gradualmente, hasta que los médicos le diagnosticaron neumonía bilateral.
Tras 38 días en el hospital, el pontífice regresó a su residencia para continuar con el proceso de recuperación y el Domingo de Resurrección, la víspera de su fallecimiento, apareció brevemente en la plaza de San Pedro para saludar a miles de creyentes. (Sputnik)
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